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miércoles, 25 de junio de 2025

Un anticipo y algo más.

Rafaela, dos décadas agitando teatro

Lo que sucede previo a la realización de cada Festival de Teatro de Rafaela abona el terreno, los ánimos mejor, aviva expectativas de espectadores, artistas y periodistas que viajan a cubrir la actividad año a año.

En esa suerte de antesala, ocurren capacitaciones, ensayos, performances, lecturas, proyecciones. Pero esta edición es especial porque es la vigésima y el municipio local, principal impulsor de este encuentro cultural en expansión, recuperó un día más para su programación así como eligió obras prometedoras y siempre, osadas y diversas.

Un férreo e inquieto equipo de producción es el encargado de agregar contenido y formas nuevas que perfilan a este festival como entrañable y único en la región y así, hace que den ganas de recorrerlo o ser parte. En los últimos años, de acuerdo a lo informado, se vienen recibiendo alrededor de 500 postulaciones de obras y elencos interesados. Apenas un dato significativo que ilustra lo de aquellas ganas.

Entre las novedades de estos días de preparativos, figura una muy singular. Este año, la Secretaría de Cultura y Educación de Rafaela en conjunto con el Instituto para el Desarrollo Sustentable, lanzó una iniciativa de carácter participativo, en el que toda la comunidad con sólo acercar paños de bolsas de residuos, empezó a colaborar con algo grande. Días atrás se hicieron los primeros vuelos de cuatro globos aerosolares activados por Fundación Aerocene, que surcaron de manera inédita el cielo de la ciudad. En paralelo, también con bolsas plásticas reutilizables se está construyendo un original Museo Aero Solar al amparo y supervisión de su creador, el artista tucumano Tomás Saraceno.

LA OTRA BUTACA fue en busca de la palabra del director artístico del festival, Gustavo Mondino. Ante una consulta específica, contó cómo surgió la incorporación de esta novedad: “En contacto con uno de los 30 museos aerosolares que hay en todo el mundo, traje esta idea que me pareció maravillosa, como una posibilidad para los 20 años del festival sin saber bien que esa construcción era comunitaria. Nos embarcamos porque nos parecía que en lo simbólico y metafórico tiene mucho que ver con el festival, con la construcción colectiva y el deseo de una ciudad. Fue una forma de involucrar a la comunidad, a instituciones, para luego ver este museo que contó con el aporte de todos y que va a estar en la apertura y con actividades programadas en tal espacio.

 

Fulanos, algunos, nadie, ninguno,
de G. Hochman, abre esta vigésima edición
Programación

Según señalaron los organizadores, la programación de esta edición -que va del 8 de julio al domingo 13-, abarca una amplia variedad de géneros e incluye espectáculos dirigidos tanto al público adulto y adolescente como a toda la familia. Esta vez, la grilla arrancará festiva, con una intervención urbana de música y baile para celebrar las dos décadas de vida de este festival, tras lo cual vendrá el acto de apertura en el Cine Belgrano. Luego se levantará el telón para ver a Fulanos, algunos, nadie, ninguno, de Gerardo Hochman de la Compañía La Arena, un espectáculo acrobático con escaleras que se transforman constantemente en camas para soñar, puertas para traspasar, hamacas para columpiarse, o cordilleras para escalar.

La primera jornada seguirá en el Teatro Lasserre, donde se presentará Muerde, unipersonal interpretado por Luciano Cáceres y dirigido por Francisco Lumerman. En este thriller, el protagonista intentará averiguar de dónde vienen sus heridas.

La primera jornada del Festival de Teatro 2025 concluirá con el estreno de Caza de pájaros, producción del Laboratorio Teatro I, a cargo de Toto Castiñeiras. Eso será en el Centro Cultural La Máscara.

Estos laboratorios, cabe recordar, son producciones creadas en el marco de la quinta edición de FTR Produce, con protagonismo de rafaelinos y dirección de otros artistas reconocidos. En ese sentido, se verá la performance e intervención urbana Todo lo que está a mi lado, propuesta del director Fernando Rubio que llega a Rafaela con la participación de siete actrices locales; también se presentará en el Museo Histórico la lectura performática de dramaturgia epistolar La respuesta, dirigida por Consuelo Iturraspe en el marco del Laboratorio de Dramaturgia y además, En Peligro, del Laboratorio Jóvenes a cargo de Max Suen, que ofrecerá dos funciones en el Centro Recreativo Metropolitano.

La razón de ser de estos laboratorios, recordaron los organizadores, es “incentivar la formación, producción y creación local, vinculando a los y las artistas de la ciudad con referentes de la escena nacional”. Por otra parte, más producciones rafaelinas se suman a esta edición a través de las seleccionadas en la convocatoria de Obras Locales como Rentera o la primera cena, comedia negra de Nicolás Monutti, y Una canción para siempre, de G. Mondino.

Dois, llega desde Rosario.
Asimismo, como en cada festival, la programación incluirá propuestas dirigidas a toda la familia en plazas y espacios al aire libre de la ciudad, de manera gratuita.

Por caso, se verán trabajos de acrobacias vertiginosas y humor como las del grupo Cirkuelgue o las del Circo Caravan, mientras que Yo vi tu corazón, una producción lúdica con música y juegos de kermese inspirada en la obra de Fito Paez, aportada por el Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe, será parte de la jornada de cierre.

Por primera vez, habrá teatro para las primeras infancias con La guarida de los sentidos, experiencia sensorial de Rosario y Barcelona que propone un espacio para compartir con pequeños de 0 a 2 años, acompañados por un adulto.

Títeres y metáforas

Una escena de Flota, rapsodia santafesina.
De lo que se sabe y observa de un par de obras seleccionadas para este invierno teatral, hay un cierto hincapié en puestas y producciones de títeres y animación de objetos, para todo tipo de público. A saber: Elzorro, el labrador y el buen hombre; Belgrano hace bandera y le sale de primera, Elniño fantasma, una tierna historia en formato de teatro lambe lambe; o Flota. Rapsodia santafesina, pieza de teatro documental -de la Compañía Hasta las Manos, ganadora del Concurso de Comedia de la UNL y de la Fiesta Provincial de INT 2024- que de la mano de títeres para adultos recupera la memoria colectiva en torno a la inundación de Santa Fe. Al respecto, también entre las actividades formativas se contempló una referida al manejo de títeres de guante a cargo de Juan y Manuel Venturini, intérpretes de esta último espectáculo.

Leonor Manso y Eugenia Guerty,
de Cae la noche tropical
También se le hace lugar a la danza contemporánea y experimental, en este caso con Dentro, espectáculo que, a partir de una estructura inflable, plantea nuevas experiencias del espacio, el cuerpo, en una puesta multidisciplinar. A ello se agregan las funciones de Seré, performance que pone en escena el testimonio de uno de los sobrevivientes de la Mansión Seré, centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico militar en Argentina.

En fin, del 8 al 13 de julio, se sucederá una nueva maratón teatral con una grilla de 30 espectáculos, distribuidos en 56 funciones, además de variadas actividades especiales. Las obras además de las locales, provienen de la Ciudad de Buenos Aires, de localidades de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Río Negro y, merced al apoyo del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe, se incluyen seis piezas de Rosario, Funes, Capitán Bermúdez y la capital santafesina.

Espacios en pie

Las funciones en el Centro Recreativo Metropolitano son prometedoras. En dicho espacio podrá disfrutarse de Ante, producción de El Bolsón con dirección de Guillermo Cacace, una emocionante historia sobre los lazos, el afecto, la niñez y la empatía. Aquí se programó también Patti Smith, de Patricio Abadi, obra que evoca e invoca a la emblemática artista y Losbienes visibles, de Juan Pablo Gómez, artista recordado por su puesta de Un hueco, que se montó en los vestuarios de Club Atlético de Rafaela. En tanto en el Teatro Lasserre, habrá diferentes propuestas. A saber, Las tres hermanas, versión libre de David Piccotto sobre el clásico de Chejov, Cae la noche tropical, puesta del clásico de Manuel Puig interpretada por Leonor Manso y Eugenia Guerty y finalmente, Amanuenses, de Constanza Feldman, una comedia física disparatada y una declaración de amor a la materialidad de una determinada época, según sintetizan sus hacedores.

Las Moiras, trabajo
dirigido por Mariana Chaud

La otra sala infaltable, el Centro Cultural La Máscara, será epicentro de puestas potentes. Aquí tendrán lugar funciones de Mensajes a pobladores rurales, conferencia performática inspirada en los mensajes de radio que se usan en la Patagonia; Ha muerto un puto, de Gustavo Tarrío, que narra las vicisitudes del escritor Carlos Correas, emblema de la literatura argentina de los 80 y Las Moiras, de Tamara Tenembaun que narra la historia de tres esposas de rabinos que tejen los destinos de todo el barrio de Once decidiendo quién se casa con quién, hasta que se encuentran con la rebeldía de una joven.

Mientras que con el grupo Sutottos y su último e hilarante trabajo Feliz día, se cerrará esta más que celebratoria edición aniversario en el Cine Belgrano.

 

Entrevista.

Un festival poderoso

Esta revista acercó algunas preguntas a Gustavo Mondino, quien desde hace muchos años está detrás de cada detalle, es quien atiende a los específicos pedidos de los elencos para que sus obras no se desvirtúen, y trata de estar presente en las rondas de devoluciones que se hacen sistemáticamente todas las mañanas de este Festival.

Las respuestas llegaron rápido, se las compartimos.

-Como gestor cultural y artista, ¿cuáles dirías que fueron los principales aprendizajes ocurridos en estos 20 años?

Rentera o la primera cena, pieza
programada de un elenco rafaelino
-Creo que salirme del ámbito privado, de mi casa que es La Máscara, esa sala que creamos con un grupo de entusiastas amigos y artistas, siendo muy jóvenes, desde donde pudimos gestionar una forma de cultura que hasta ese momento en Rafaela era poco transitada. Desde ese lugar, nos proyectamos como espacio abierto a la comunidad, desde 1997. Y en esos espacios que uno crea, puede hacer, programar y producir lo que uno quiere. El gran aprendizaje, cuando me toca trabajar ya en producción y selección de obras del festival, tiene que ver con entender que la mirada debe ampliarse porque ya no estamos produciendo y programando desde el deseo propio sino para toda una ciudad y esa mirada tiene que ser más plural y contemplativa, debemos abarcar todo lo posible, para llegar con mucha potencia a los y las rafaelinas. Desde mi gestión cultural dejo el gusto propio para pensar en algo más general. La mirada se me amplía a mí como espectador, diría que aprendí a salirme de una zona de confort y ampliar la mirada.


-Pasan las distintas gestiones y el festival no sólo no se toca sino que en la presente coyuntura crece en el marco del desmantelamiento del Instituto Nacional del Teatro (INT) y una crisis generalizada. En ese sentido, ¿cómo fue la gestión de esta edición en particular?

-Cuando cerramos y evaluamos la edición pasada, proyectamos la 20ª edición como algo especial. En esta Argentina incierta que transitamos en cuanto a lo económico, nos propusimos volver a ser el festival más grande que puede ser. La apuesta fue esa y pudimos recuperar la cantidad de obras, sumamos un día más respecto del año pasado, volvimos a programar sin estar mirando la cantidad de personas que tienen las obras. En efecto, este año tenemos nuevamente elencos numerosos. Digo esto porque poniendo en la balanza los presupuestos y los deseos para organizar un festival, muchas veces hay que recortar desde ahí.

Es cierto que nos agarra en un año muy duro. De hecho es el segundo año que el INT está ausente del festival y lo lamentamos profundamente, entendiendo que es un organismo que depende de Nación y de voluntades que están arrasando todo. Pero celebramos y agradecemos que desde el gobierno provincial y local volvieron a apostar fuertemente a la realización de este encuentro.

Seré, obra que pone en escena la historia de
un superviviente de la última dictadura.
Y desde el sector privado, lo mismo, muchas empresas que eran auspiciantes y acompañaban al festival, este año pidieron disculpas, pusieron la situación sobre la mesa y dijeron que tenían que recortar pautas publicitarias.

-¿Con qué palabra definirías al festival?

-Es un festival que se desparrama en la ciudad, que se sale de las salas teatrales para incursionar en otros espacios que le dan vida a este festival para buscar nuevos públicos, nueva posibilidades.

A mí me encanta la palabra “poderoso”, pero en el buen sentido. Cada vez que la digo en este país, siento que a esa palabra que solo la usamos con sentido negativo: el que hace mal uso del poder. En cambio yo creo que el festi es poderoso porque se instaló en la ciudad como una bocanada de aire fresco en las vacaciones de invierno, como alegría, arte, talento, desplegado durante esos seis días, accesible para todos, todas. Es un festival que supo ganarse el espacio en esta ciudad -que no es una ciudad fácil-, se ganó los corazones y un par de generaciones que crecieron con este festival.

Entonces ese poder que tiene el festival de transformarnos en esos días, me llena de alegría y creo que todos los que amamos el teatro estamos orgullosos que ocurra en Rafaela.

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