Apuntes sobre una Historia del teatro en Rosario
Acaba de aparecer, y fue presentado virtualmente el 29 de septiembre del corriente, un nuevo libro dedicado a recuperar los orígenes, nombres de pioneros y principales desarrollos de un territorio importante de la cartografía teatral regional:Un libro algo demorado –lo afectó
seriamente la pandemia-, pero que llega presuroso a cubrir un período relevante
de la actividad escénica de una ciudad de las más grandes y populosas del país.
Una ciudad, por otra parte, muy vinculada con la historia del teatro en Entre
Ríos y en suma, basal para comprender parte sustancial del teatro argentino
pasado y contemporáneo, al menos de esta cartografía en parte compartida.
La relación aparece mencionada en
el dato sobre el primer teatro rosarino del siglo XIX, durante
El estreno en 1942 en el Teatro 3
de Febrero de Paraná de Detrás del mueble,
del rosarino Roger Pla, con dirección del pionero modernizador Alberto
Rodríguez Muñoz –cuyo programa de pared integra el maravilloso apéndice de
imágenes que es un valor agregado del libro-, o los numerosos estrenos de
García Velloso en Entre Ríos, dan cuenta de que el flujo y circuito entre una y
otra ciudad, se prolongaron durante un siglo y medio e influyó notoriamente en
las actividades de las provincias vecinas.
La autora del trabajo, vale
subrayar, es una reconocida profesora en Letras que, acompañada por un pequeño
grupo de valorados colaboradores (Daniel Feliu, Marcela Ruiz, Julieta Meinero y
Carlos Chiappero), viene hace décadas esforzándose en hacer conocer una parte
valiosa del patrimonio de la gran “ciudad fenicia”.
Un corto segmento de vida escénica había
integrado su decisivo aporte en
El otro segmento más extenso que
aquí amplía el período, es un inédito relato de las primeras décadas del 900 en
“
Cada una de estas partes, ofrece
una exhaustiva cronología de estrenos –que junto a las de algunas ciudades de
nuestra provincia, completan los circuitos vislumbrados de empresarios,
compañías y artistas, “estímulos externos” y características regionales-, y al
final un índice onomástico que ayuda al lector a repasar un dato, vincular un
nombre o recordar el título de una pieza.
El doctor Aldo Pricco – director de
una nueva colección en
En efecto, Clide Tello realiza con
este hermoso volumen un nuevo jalón en su rica trayectoria como investigadora y
docente; un programa de conocimiento audaz y excepcional.
La autora – que también fue jurado de certámenes teatrales en Paraná tiempo atrás- realiza vastos y específicos análisis de abundante producción cultural, en parte notable por su factura estética, en un trabajo arduo y consecuente que acaba de ponerse a disposición para teatristas y lectores. Para su provecho, en otro título que hace historia y de aquí no más.
Volver a Filloy
Dos libros dedicados a don Juan
Filloy sacudieron la modorra literaria los últimos meses, uno producido por
El recuerdo del longevo autor riocuartense, uno de los más excepcionales escritores argentinos del siglo pasado, recorre su primera biografía escrita por Ariel Magnus titulada Un atleta de las letras (2017), y también se hace presente en los estudios sobre su vida y obra publicados con el título de La zorra, la cigarra y el mono. Tres fábulas para leer a Juan Filloy (1894- 1939), (2020) de Candelaria de Olmos.
En el primer caso, se trata de un
trabajo descomunal de Magnus, que acotadamente como son recibidos los buenos
libros en este país, apenas si generó alguna que otra crítica o reseña
literaria.
El “mito Filloy” acaso de para
todo, pero su porfiada omisión en nuestra literatura ya no es patrimonio de
todo un siglo: el nuestro, el XX. Ahora en el último de los tres transitados
por el gran escritor cordobés, un sector de la cultura argentina lo rescata y
reedita, incorpora algunos de sus textos para el teatro, lo analiza y lo
difunde; otro sector sigue suspicazmente haciéndole un vacío.
La colosal, intrépida y maníaca
obra en poesía y prosa del centenario escritor –vivió 105 años, como deseaba,
en tres siglos-, se amplió entonces con este libro que repasa toda su “ópera
omnia”, devela un frondoso anecdotario, epistolarios y testimonios, a los que
el biógrafo acude para visitar al campeón del mundo, al gran recordman que fue don Juan Filloy.
Insolente, imparable, el Messi de
nuestra literatura, debe estar en algún lado levantando una copa con la salida
de este librazo. Y desde la portada que presenta a un simpático anciano de
corbata, la redacción meticulosa va saltando edades y peripecias, acompañado de
fotos y dibujos muy singulares, y documentos que pueblan la leyenda. Como
asegura la contratapa, quien hojee estas páginas debe saber que está delante de
“una semblanza exhaustiva de este gigante de nuestras letras”.
No sólo el nutrido apéndice corona
esta vida literaria y este estudio de Magnus, a la medida del autor de Op Oloop. También la pasión y el amor
con Paulina, su esposa entrerriana, obtienen su podio, y el sexo –o el Sexamor-,
y el arte y los deportes reciben sus medallas olímpicas.
Cómo lamentamos no poder comunicarnos ya telestésicamente con el Maestro, ahora que más que nunca seguimos necesitados de su pensamiento y sus humoradas. Pero este trabajo de Ariel Magnus, restituye lo esencial: las búsquedas de palabras y sonidos, de imágenes e ideas que destellan, antes de ser presas de la oscuridad y el olvido.
Múltiples Filloy
En el segundo caso, la experticia de la autora precedida por un elogioso texto de Mempo Giardinelli, es un “audaz, denso e inquietante trabajo” de análisis sobre la obra y la vida de Filloy, hombre inusualmente singular según caracteriza el prologuista.
Para el renombrado escritor chaqueño, el caso Juan Filloy supone “un magma escritural que no tenía precedentes, y, por eso mismo, dado su carácter inesperado y provocador, ofrecía y ofrece innumerables flancos y vericuetos necesariamente tentadores, pero a los que el sistema crítico académico deEn efecto, Candelaria de Olmos en
su vasto ensayo de más de 350 páginas, parece animada por una curiosidad impar,
atizada por una serie de preguntas sobre la producción del extraordinario autor
cordobés, aspectos que se deslizan en la misma contratapa y que también cierran
su exhaustiva pesquisa académica. La autora afirma allí que una cuestión
capital e incómoda, alentó un momento de su investigación y se le impuso:
“¿cómo pudo llegar tan lejos siendo que tenía tan poco?”.
Para responder esto, o confirmarlo
y tender nuevas punzantes intrigas, nada mejor que este valioso libro de
Con el anterior de Ariel Magnus,
ambos aparecidos recientemente, vuelven a llamar a escena, en prolijas y serias
ediciones, amasadas a lo largo de muchos años, a algunos de los Juanes Filloy
que pueblan su mito.
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