martes, 21 de julio de 2020

Nuevas reseñas aisladas e invernales


Publicaciones recibidas

En los dos últimos años, Inteatro, la editorial del Instituto Nacional del Teatro, produjo un significativo número de títulos en sus distintas colecciones, que aún siguen distribuyéndose y llegando a las manos de los teatristas y bibliotecas de buena parte de la Argentina. Llegar a las manos es sólo una manera de decirlo, ya que casi todo este material está digitalizado y se encuentra on line, en pdf que circulan de pantalla en pantalla en estos tiempos de cuarentena.
Con renovado diseño y difundiendo múltiples voces de creadores, gestores y profesionales de la escena, sus ediciones son muchas veces necesarias o útiles, y pese a que los textos no tienen circulación de venta en librerías, su distribución nacional e internacional y su óptima calidad de producción –pese a que su Corrección más de una vez fue cuestionada-, son por demás de seductores para los autores y autoras del país. Generalmente las ediciones de Inteatro son de tiradas importantes –unos 2.500 ejemplares por título en las primeras ediciones-, aunque no todos los miles de escritoras y escritores argentinos, atendiendo a la poderosa tradición dramatúrgica y teatral de esta Nación, y a su época contemporánea, tienen iguales oportunidades de publicar allí. Los numerosísimos participantes a los concursos de dramaturgia que organiza el INT, y los también abundantes trabajos que se realizan por afuera de Inteatro pero con apoyo del organismo para su financiación, son apenas un índice del volumen de producción escrita que hay en torno al teatro. Sería deseable que se empiece a dar una política de inclusión de textos y artículos en los distintos espacios editoriales del INT con una óptica acaso más federal.
En fin, daremos cuenta aquí de algunos ejemplares que recibimos antes de la pandemia, pertenecientes a dos de las colecciones más importantes de Inteatro: la de Historia Teatral, y la de Premios.

Historia teatral

Desde los orígenes mismos del organismo, Inteatro propició la revalorización de algunos de los críticos, historiadores e investigadores teatrales argentinos. Así, se realizaron reediciones de textos, homenajes y ediciones aún de nuevos estudios sobre las artes escénicas del país.
Uno de esos proyectos fue el de crear una nueva Antología de obras de teatro argentino –justamente- desde sus orígenes a la actualidad, con Selección y prólogo de Beatriz Seibel. 
Un plan ambicioso que la destacada historiadora llevó a cabo hasta el final de su vida. Sin exclusiones definitivas, tal vez, se pretende difundir ese rico patrimonio con piezas olvidadas, difíciles de conseguir o inéditas, que se supone merecen ser revalorizadas. Con clara definición por el teatro porteño, y una mirada no siempre dispuesta a reconocer algunos hitos del teatro argentino producidos en las provincias, la Colección no obstante incluye algunos textos fundamentales para entender los cambios del sistema teatral rioplatense, a lo largo de casi dos siglos.
Seibel alcanzó a que esta Antología llegara hasta la década del ‘40. Justo cuando en muchas de las provincias amanece el Teatro Independiente Histórico, cuando el teatro profesional descubre nuevos valores y algunos de sus protagonistas pasan a adquirir un creciente protagonismo en los sucesivos gobiernos y políticas culturales.
Los tomos que van del XIII al XVI, abarcan dos décadas de las posteriores a la llamada “época de oro” del teatro argentino. Luchas de clases, inmigración, nacionalismos, anarquismos, son llevados a escena, como luego lo son la depresión, la falta de trabajo, la disolución de las familias o las crisis de entre Guerras. Fantasías, sainetes, grotescos, misterios y comedias asainetadas teatralistas, se diferencian del habitual realismo de nuestro sistema teatral, buscan distinguirse de los nuevos dramas inocuos.
La premiada investigadora repasa con afán sintético o periodístico, algunas tendencias, compañías y giras, y nombres insoslayables, en unas preliminares páginas introductorias.
El tomo XIII corresponde al segundo volumen del período 1921- 1927, y lo integran cinco piezas atractivas: La Cuarterona de Juan Agustín García, La Juana Figueroa, del notable pampeano Pedro E. Pico y el entrerriano Samuel Eichelbaum, la versión del Juan Moreira del genial Alberto Vaccarezza, La tierra en armas, del ilustre salteño Juan Carlos Dávalos y San Juancito de Realicó, del mencionado Pico.
En tanto el tomo XIV aporta cuatro comedias, de las cuales tres son, creemos, significativas: Botafogo, del capocómico Florencio Parravicini, y Los angelitos y Tucumancito, de José Antonio Saldías, hijo porteño del famoso historiador de la Confederación.
El tomo XV regresa a compilar cinco textos dramáticos valientes, valiosos e importantes: Puerto Madero, de nuestro clásico José González Castillo y Juan Coronera, ¡Santa Cruz!, de Pedro Zanetta y Alfredo Suárez, El organito, de Enrique y Armando Discépolo, y de éste último, sus grotescos criollos Mateo y Stéfano, considerado ésta su obra cumbre.
Fallecida hace dos años la reconocida investigadora, resta saber hoy con quién continuará Inteatro este programa antológico y cuáles serán los futuros títulos de esta Colección de Historia Teatral, tan indispensable.

Premios

Esta otra colección también ha permitido el acceso a un notable grupo de teatristas, tanto de las artes escénicas para niñes, como para toda edad. Los resultados del último Concurso Nacional de Obras de Teatro, como su anterior – Teatro/ 20- distinguieron tres premios y tres menciones: El hombre de la silla, de Luis Miguel Arenillas; Fran, Flor y el león, de Roberto de Biachetti; La casa de las hermanas Sulfurosas, de Nancy Lago, y La niña que fue Cyrano, de Guillermo Baldo; Maravillas en el país de las Alicias, de Silvina Forquera y Javier Santanera y Pueblito, de Rigoberto Vera.
El otro tomo que alcanzó a distribuirse por todas las delegaciones del INT durante el 2019, trae conocidos nombres de teatristas, y atractivas piezas que esperarán, presumimos, por un tiempo, sus puestas en escena: Rohayhú, de Fabián Díaz, El día perfecto, de María Marull y Daguerrotipo de mercenario sarmientino, de Julio Molina, -tres textos sugestivos y plenos de hallazgos de tres jóvenes talentosos-, y las menciones a Los golpes, de Alfredo Staffolani, Filloas (entra Madre a la casa), de Pablo Di Felice y Un domingo en familia, de la consagrada autora Susana Torres Molina.






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