Publicaciones
recibidas
En los dos últimos años, Inteatro, la
editorial del Instituto Nacional del Teatro, produjo un significativo número de
títulos en sus distintas colecciones, que aún siguen distribuyéndose y llegando
a las manos de los teatristas y bibliotecas de buena parte de la Argentina. Llegar
a las manos es sólo una manera de decirlo, ya que casi todo este material está
digitalizado y se encuentra on line, en pdf que circulan de pantalla en
pantalla en estos tiempos de cuarentena.
Con renovado diseño y difundiendo
múltiples voces de creadores, gestores y profesionales de la escena, sus
ediciones son muchas veces necesarias o útiles, y pese a que los textos no
tienen circulación de venta en librerías, su distribución nacional e
internacional y su óptima calidad de producción –pese a que su Corrección más
de una vez fue cuestionada-, son por demás de seductores para los autores y
autoras del país. Generalmente las ediciones de Inteatro son de tiradas importantes
–unos 2.500 ejemplares por título en las primeras ediciones-, aunque no todos
los miles de escritoras y escritores argentinos, atendiendo a la poderosa
tradición dramatúrgica y teatral de esta Nación, y a su época contemporánea,
tienen iguales oportunidades de publicar allí. Los numerosísimos participantes
a los concursos de dramaturgia que organiza el INT, y los también abundantes
trabajos que se realizan por afuera de Inteatro pero con apoyo del organismo
para su financiación, son apenas un índice del volumen de producción escrita
que hay en torno al teatro. Sería deseable que se empiece a dar una política de
inclusión de textos y artículos en los distintos espacios editoriales del INT
con una óptica acaso más federal.
En fin, daremos cuenta aquí de algunos
ejemplares que recibimos antes de la pandemia, pertenecientes a dos de las
colecciones más importantes de Inteatro: la de Historia Teatral, y la de
Premios.
Historia teatral
Desde los orígenes mismos del organismo,
Inteatro propició la revalorización de algunos de los críticos, historiadores e
investigadores teatrales argentinos. Así, se realizaron reediciones de textos,
homenajes y ediciones aún de nuevos estudios sobre las artes escénicas del
país.
Uno de esos proyectos fue el de crear una
nueva Antología de obras de teatro
argentino –justamente- desde sus
orígenes a la actualidad, con Selección y prólogo de Beatriz Seibel.
Un plan ambicioso que la destacada
historiadora llevó a cabo hasta el final de su vida. Sin exclusiones
definitivas, tal vez, se pretende difundir ese rico patrimonio con piezas
olvidadas, difíciles de conseguir o inéditas, que se supone merecen ser
revalorizadas. Con clara definición por el teatro porteño, y una mirada no
siempre dispuesta a reconocer algunos hitos del teatro argentino producidos en
las provincias, la Colección
no obstante incluye algunos textos fundamentales para entender los cambios del
sistema teatral rioplatense, a lo largo de casi dos siglos.
Seibel alcanzó a que esta Antología llegara hasta la década del ‘40.
Justo cuando en muchas de las provincias amanece el Teatro Independiente
Histórico, cuando el teatro profesional descubre nuevos valores y algunos de
sus protagonistas pasan a adquirir un creciente protagonismo en los sucesivos
gobiernos y políticas culturales.
Los tomos que van del XIII al XVI, abarcan
dos décadas de las posteriores a la llamada “época de oro” del teatro
argentino. Luchas de clases, inmigración, nacionalismos, anarquismos, son
llevados a escena, como luego lo son la depresión, la falta de trabajo, la
disolución de las familias o las crisis de entre Guerras. Fantasías, sainetes,
grotescos, misterios y comedias asainetadas teatralistas, se diferencian del
habitual realismo de nuestro sistema teatral, buscan distinguirse de los nuevos
dramas inocuos.
La premiada investigadora repasa con afán
sintético o periodístico, algunas tendencias, compañías y giras, y nombres
insoslayables, en unas preliminares páginas introductorias.
El tomo XIII corresponde al segundo
volumen del período 1921- 1927, y lo integran cinco piezas atractivas: La
Cuarterona de Juan Agustín García, La
Juana Figueroa , del notable pampeano Pedro E. Pico y el
entrerriano Samuel Eichelbaum, la versión del Juan Moreira del genial Alberto Vaccarezza, La tierra en armas, del ilustre salteño Juan Carlos Dávalos y San Juancito de Realicó, del mencionado
Pico.
En tanto el tomo XIV aporta cuatro
comedias, de las cuales tres son, creemos, significativas: Botafogo, del capocómico Florencio Parravicini, y Los angelitos y Tucumancito, de José Antonio Saldías, hijo porteño del famoso
historiador de la
Confederación.
El tomo XV regresa a compilar cinco textos
dramáticos valientes, valiosos e importantes: Puerto Madero, de nuestro clásico José González Castillo y Juan
Coronera, ¡Santa Cruz!, de Pedro
Zanetta y Alfredo Suárez, El organito,
de Enrique y Armando Discépolo, y de éste último, sus grotescos criollos Mateo y Stéfano, considerado ésta su obra cumbre.
Fallecida hace dos años la reconocida
investigadora, resta saber hoy con quién continuará Inteatro este programa
antológico y cuáles serán los futuros títulos de esta Colección de Historia
Teatral, tan indispensable.
Premios
Esta otra colección también ha permitido
el acceso a un notable grupo de teatristas, tanto de las artes escénicas para
niñes, como para toda edad. Los resultados del último Concurso Nacional de
Obras de Teatro, como su anterior – Teatro/
20- distinguieron tres premios y tres menciones: El hombre de la silla, de Luis Miguel Arenillas; Fran, Flor y el león, de Roberto de
Biachetti; La casa de las hermanas
Sulfurosas, de Nancy Lago, y La niña
que fue Cyrano, de Guillermo Baldo; Maravillas
en el país de las Alicias, de Silvina Forquera y Javier Santanera y Pueblito, de Rigoberto Vera.
El otro tomo que alcanzó a distribuirse
por todas las delegaciones del INT durante el 2019, trae conocidos nombres de
teatristas, y atractivas piezas que esperarán, presumimos, por un tiempo, sus
puestas en escena: Rohayhú, de Fabián
Díaz, El día perfecto, de María
Marull y Daguerrotipo de mercenario
sarmientino, de Julio Molina, -tres textos sugestivos y plenos de hallazgos
de tres jóvenes talentosos-, y las menciones a Los golpes, de Alfredo Staffolani, Filloas (entra Madre a la casa), de Pablo Di Felice y Un domingo en familia, de la consagrada autora
Susana Torres Molina.
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