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miércoles, 17 de septiembre de 2025

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Acabamos de recibir los últimos cinco libros de Mágicas naranjas, una editorial amiga que en pocos años ha construido un catálogo de cuidado diseño, muy originales, pensados, escritos e ilustrados “para pequeñxs y grandes lectores de poesía”, como destacan sus hacedores Hilda Fernández Oreiro y Gustavo Gottfried.

Sus libros tienen “voces consagradas y jóvenes promesas de la poesía contemporánea”, como Circe Maia, Arnaldo Calveyra, Irene Gruss, Natalia Méndez, Walter Cassara, Manuel Duarte, entre otros tantos.

El diseño e ilustración de cada ejemplar, merece una oración aparte porque componen poesía visual, o algo así. No sabemos bien cómo decirlo pero el trabajo de María Valeria Chinnici, a cargo de tal tarea, es más que esmerado, tan bello como los poemas con los que parece componer otro texto más.

En este caso, hablaremos de Abecedario de Roberta Iannamico, Función de circo de Hilda Fernández Oreiro, ambos de pertenecientes a la colección Semilla que “reúne series de poemas de gran unidad y potencia que merecían ser conocidas”, como se lee en su contratapa, más aún en “estos tiempos”, es cierto.

En estos casos, los libros incluyen un prólogo que comparte parte de la génesis de los textos y del proceso mismo de la creación y publicación, las idas y vueltas, corrección, recuerdos, dudas, consultas, esperas, viajes, lecturas inspiradoras, juegos, hasta que los poemas se van al papel y constituyen las páginas de un volumen pequeño y colorido, de modo de ir de mano en mano.

Iannamico juega, inventa poemas con palabras que respetan el orden de las letras de nuestro   abecedario, pero avisa que también se permitió saltar algunas reglas de ortografía u omitir algunas letras más difíciles. Luego, al leer sus textos, la autora, con su lúdico y tierno estilo contagia las ganas de inventar o hacer la prueba de gestar poemas bajo esas pautas.

Una de los poemas de Abecedario
En tanto, la escritura de Fernández Oreiro nos acerca un entrecruce de imágenes de dos universos: la soledad o soledades de la vida cotidiana y el escapismo de eso que se repite, se invisibiliza o duele, a través de la figura de un hombre bala, una contorsionista o el truco del mago y su serrucho. Poemas tan breves como intensos y profundos.

28 letras es la resultante de un trabajo de investigación que condensa “historias, transformaciones, cambios y también malos entendidos” en torno a cada una de las letras que componen un alfabeto. Hojeando estas páginas, una se topa con otros poemas de Hilda F. Oreiro, en los que también juega con cada una de esas piezas mínimas que tiene cada lengua. Junto a Cecilia García Corradi, las autoras recuperan una suerte de pasado de las letras con la estrategia y la belleza de lo simple, bien cuentan el origen y vaivenes del surgimiento de la A –de los fenicios a los griegos y luego a los romanos-, por caso, o de la j, una de las más jóvenes del alfabeto español, aseguran y en texto aparte agregan que proviene de Asia, de lenguas semíticas, y que es la más pequeña “…Cuando alguien no tiene idea de algo … solemos usar la expresión “no sabe ni jota”… significa que no conoce ni sabe la letra más pequeña , ni la cosa más insignificante”.

Paisajes con vacas de la mendocina Sabrina Barrego es otro de los volúmenes recibidos, muy conmovedor, acerca de “mujeres que se reconocen en identidades complejas: rusas salvadas del estalinismo o Chernóbyl, judías sobrevivientes de los pogromos y del holocausto, argentinas “del interior” que buscan hacerse oír; mendocinas que sufren los terremotos, los incendios, la pandemia”, sintetiza Gottfried en la contratapa. La noche oculta un pájaro que canta, Es común acariciar los pollos antes de retorcerles el cuello o Secretos de familia, son apenas algunos de los títulos de los poemas acá reunidos en los que se luce “una de las gracias” de la familia de la autora, la de escribir.

En tanto Siembra de María Wernicke es una suerte de “resistencia poética” tal como define a este libro nada más ni nada menos que el escritor e ilustrador Istvansch. Parece una historia de seres en un planeta de lo inexplicable, de las puras preguntas, que se predisponen a sembrar y construir, tal vez nuevos y mejores tiempos.

En fin, ¡celebramos la apuesta editorial de estos magníficos librazos!



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