Del amor al
humor en territorio cordobés
Del 3 al 7 de junio se desarrolló
Guillermo Meresman/ Mónica Borgogno
“El humor me subyuga”, confesó Raúl Sansica, motor principal de este Festival de características únicas en el país y que en esta última edición, supo subyugar a los casi 30.000 espectadores que disfrutaron cada una de las propuestas.
Con creces, este 2015
el Festival también pareció volver a dejar satisfechos a los organizadores, la
prensa y los artistas que subieron a algunos de los 50 diferentes escenarios.
A lo largo de la
década, el Pensar con Humor fue
asumiendo riesgos y desafíos, y así agrandándose “como galleta en el agua”. Hoy
es reconocido como un Festival único de la Argentina –al igual que el bienal Festival de
Teatro del Mercosur-, por la variedad y jerarquía de su oferta escénica, la
calidez del público y un entrañable y amoroso
equipo de organizadores, la deslumbrante
belleza de históricos teatros o espacios bien recuperados.
Fueron cinco días intensos,
de shows, espectáculos, presentaciones de libros, muestras, chistes, parodias e
ironías varias, que más de 200 artistas -en su mayoría cordobeses aunque la
grilla incluyó además humoristas de Mendoza y Buenos Aires-, prodigaron desde
todos los ángulos.
Consagrados y emergentes
Esta gran reunión en
la “cuna del humor argentino”, fue no casualmente publicitado con figuras que
mostraban la evolución del Hombre, hecho a la manera de Jericles y que remataba
en un hombrecito que se destornillaba de la risa.
En el primer día,
desde balcones y terrazas aledañas al Mercado Norte, donde actuó un picante Negro
Álvarez, la gente se pareció a ese hombrecito dibujado que reía. El Negro congregó a cientos de paseantes y hasta
trabajadores del lugar que se permitieron una pausa. “¿Qué haces vos?”, le
preguntó a un ocasional espectador devenido participante de su show y cuando le
contestó que estaba trabajando, ahí nomás vino el retruque: “Ah, ¡yo también
quiero trabajar como vos!”. Sus cuentos y humoradas hicieron las delicias de
sus fans que lo demoraron varios minutos con la solicitud de fotos y
autógrafos.
En esa primera
jornada otros humoristas cordobeses oficiaron de presentadores del Festival y en
paralelo, humoristas gráficos como Chumbi regalaron caricaturas y personajes
propios a niños y adultos, que dibujaron en un santiamén.
Por la noche de la
primera jornada, en la sala Carlos Giménez del Teatro Real, se realizó el
homenaje al destacado autor y director cordobés Miguel Iriarte, que con sus 79
años, subió conmovido al escenario a recibir una plaqueta y fue ovacionado por
una platea colmada de comprovincianos. Pero acaso el mayor tributo al popular
teatrista, llegó de la mano de una inspirada Comedia Cordobesa, que con la
dirección de David Picotto, reestrenó su comedia Eran cinco hermanos y ella no era muy santa.
Un excelente reparto
integrado por Silvia Pastorino, Cecilia Roman Ros, Pablo Tolosa, Gabriela
Grosso, Gabriel Coba, Giovanni Quiroga, Patricia Rojo, Carolina Godoy, Gonzalo
Tolosa y Oscar Mercado, transformó el planteo original de Iriarte,
perteneciente a los modos costumbristas del teatro argentino, en una rejuvenecida
versión libre cuartetera, que a ritmo de opereta o vodevil, deleitó con su
atrevimiento hasta al mismo creador del texto original. Coloratura de
personajes humildes y situaciones ágilmente esbozadas o resueltas, combinados
con una singular exploración expresiva y musical, esta última cargo de Elvio
Arcando, dieron lugar a una puesta genuina y con claro y acertado acento
mediterráneo, que periodistas nacionales y público general agradecieron de pie.
Natural
Hay que ir y palpar
cómo el humor está instalado, naturalizado y circula en todo momento, formas y
variantes, fluye por calles, bares y comercios, museos y plazas del “corazón
del país”. El humor está en la boca de todos, y si se perdona la frase, se
erige dueño y señor de las almas. “Cambios de humor, fue el slogan de este año.
Estamos viviendo momentos de tensiones, siempre cuando vienen las elecciones se
genera mucha tensión y si este festival nace a partir de esta cosa identitaria
que es el humor, nos propusimos ver qué pasa con estos cambios de humor. Bajo
ese concepto armamos la programación. Humor al paso, es un espacio en el que la
gente pasa y cuenta un chiste y uno puede ver que ahí salta la violencia de
género, la política, el costumbrismo, lo popular, el humor fino”, puntualizó
Sansica. En efecto, la idea de esta fiesta, allá por 2007, nace “para incluir a
los humoristas consagrados de Córdoba y este patrimonio intangible que tenemos.
No había un festival de humor, por eso se definió como Pensar con Humor y
explotó la propuesta que se hace en esta fecha en que merma la actividad de los
humoristas. Este Festival surgió para mostrarnos tal cual somos”, añadió.
La puesta en tensión
de los públicos así como la búsqueda de nuevos espectadores, es la gran apuesta,
siempre, según señala el director del Teatro Real. En ese sentido, una de las
mayores apuestas estuvo en programar el conmovedor unipersonal francés Oú on va papá?, interpretado por Xavier
Carrar de la Compañía Théàtre
des Hommes. Basada en la obra de Jean Louis Fournier, adaptada por el joven
actor, el espectáculo se mete con un tema nada sencillo de tratar, como lo es
el de la discapacidad, los miedos de la paternidad, los propios hijos y los de
los otros, las expectativas sobre los niños. Se trata aquí pues de otro tipo de
humor, que divirtió y emocionó tanto como hizo pensar, como el mismo nombre del
Festival enuncia. Pues es una pieza que primero habla de la discapacidad como
desgracia, en tono de burla, pero luego, cuestiona descarnadamente tal premisa
y así conmueve. Esta bella obra también fue disfrutada en Laguna Larga y Bahía
Blanca, en esta primera gira por Sudamérica.
Y entonces?
No faltó el característico
calor del público festivalero de la Docta.
Se apreciaron largos aplausos tras el espectáculo de Marcelo
Mazzarello y su Mazzarello no chilla así
como en la función de la querida Doña Jovita y sus nietos músicos en el
preservado edificio en el que funciona el Studio Theatre, una de las salas más
antiguas de la ciudad en actividad. Ante la original entrada de este típico
personaje serrano por el pasillo central de la platea, la gente no dejó de
sacarse fotos o contestarle las ocurrencias.
Algo similar ocurrió
en el Parque de las Tejas donde se vio Mundo
amado, acuérdate de Agustín Lara, bajo idea y dirección general de
Alejandro Viola, de esta compañía porteña con 25 años de trayectoria. En este
trabajo, dedicado al creador romántico latinoamericano, las mujeres bailaron y
cantaron con un exótico presentador y los varones presentes confesaron sus
actos más románticos. “¿Ves todos estos árboles que están acá? Los planté yo en
homenaje a ella, mi chica”, improvisó no sin gracia, uno del público ante la
pregunta del curioso animador.
Ariel Tarico en
tanto, aportó la necesaria cuota de humor político con su nuevo show Y ahora? que colmó el Teatro Real. “¿Qué
pasó, Cristina? Te llenamos la sala otra vez”, desafió de arranque. Con gran
despliegue escenográfico y valiéndose de su capacidad para imitar y
caricaturizar, el actor santafesino con la apoyatura de David Rottemberg, le
puso mucho humor a tantas contradicciones, alianzas, pseudo programas
políticos, discusiones o falta de ellas, en un año signado por las elecciones, ya
sea parodiando a la
Presidenta , al Papa, a Guillermo Coppola, a Santiago del Moro
o a Nelson K, o bien a un taxista
porteño facho, entre otros personajes. Tarico aprovechó y advirtió con
complicidad de los presentes: “Ojo, que De la Rúa … Cavallo… salieron de acá, eh (risas) …No sé
de qué se ríen”.
Locales
El stand up y el
humor regional, con su impronta mediterránea, llegaron a esta cita con diversas
y originales propuestas. Entre ellas estuvo la “Caminata Negra”, un recorrido
junto a la investigadora y docente Stella Navarro Cima, que repasó historias de
fantasmas en teatros de la ciudad, arquitectos esotéricos y anécdotas de, por
ejemplo, don Remigio de los Santos que en el siglo XVII gustaba apostar fuerte como
la vez que entró desnudo al convento de las Carmelitas Descalzas que se
encuentra en la denominada Manzana Jesuítica, o bien, cuando inventó su muerte
y despertó en medio del velorio. El paseo incluyó la visita al archivo de la biblioteca
de la Universidad Nacional
de Córdoba, donde se vieron ejemplares del pionero diario local La carcajada (1871-1905), El Eco de Córdoba (1860) y otras
publicaciones del estilo que llegaban desde Buenos Aires.
En la capilla del Paseo
del Buen Pastor, se lució Patricia de los Ríos, una joven maestra que el año pasado
ganó uno de los concursos que se organizan para estimular la creación local.
Fue un monólogo muy divertido, con ritmo y aplausos espontáneos. “A los
maestros no nos queda otra que el humor”, arrancó y más adelante se despachó
con la “bipolaridad” de los docentes, su relación con las nuevas tecnologías y
redes sociales. También habló de la conformidad que tiene con su propio cuerpo
o cabello “poroso”…“Nunca falta la que te dice “Patri te queda lindo pero por qué
no te hacés un alisado definitivo”.
Con Las Pérez Correa, el humor del dúo
Julieta Daga y Laura Ortiz, las conocidas payasas se presentaron ahora como candidatas
a Presidentas “pero juntas”, “porque -como aclararon una y otra vez- dos
cabezas piensan más que una, y cuatro ojos ven más que dos”. Así, exhibieron
sus delirantes propuestas electorales, decididas a conquistar distintos votos.
Buena machos! y Mi vida con Robert, también tuvieron un lugar destacado en la
programación de este año. La primera, desandó con muy buenas actuaciones
–Gonzalo Dreizik, Hernán Sevilla, Alejandro Orlando y Marcelo Massa-,
exagerados modos de ser varón que generaban una risa de identidad y también
distanciamiento hacia las violencias que genera el “educar al macho” en una
escena cotidiana o en el entretiempo de un partido de fútbol. En tanto, la
segunda, cerró el Festival. Esta pieza, protagonizada por Alejandro Orlando,
recreó la supuesta biografía de un actor cordobés que había “triunfado” y
cosechado grandes amigos en Broadway. Amigos famosos, que en fotos muy bien
seleccionadas y proyectadas en pantalla grande, iban contestando o completando
su falso modesto relato. La propuesta, rindió tributo a buenos actores y fue
más que propicia puesto que hacia el final la intervención de personajes,
humoristas y autoridades de la ciudad, partícipes de la fiesta, refuerzan la
veracidad de una graciosa mentira.
Una suerte de
síntesis de este pensamiento humorístico-creativo cordobés es la enorme obra de
uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX: don Juan Filloy. El
autor de tantos textos en los que campean la ironía y la humorada, una suerte
de aristócrata erudito mezcla con gaucho deslenguado, que llevó la
experimentación hasta las zonas más sublimes de una literatura nacional
excepcional, el autor de tres siglos que, como se dijo, “inmortalizó la siesta
cordobesa en el 2000”
y que es post mortem el recordman de la palindromía universal, debería algún
día también tener su homenaje en este querido Festival Pensar con Humor.
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