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sábado, 21 de octubre de 2017

El teatro local e internacional se dio cita en los escenarios cordobeses

Cada dos años se celebra este encuentro en Córdoba, que desparrama teatro de calidad, por todos lados: pequeños pueblos, salas convencionales, centro de jubilados o cárceles.

Mónica Borgogno

Una vez más y durante once intensos días, Córdoba fue escenario del mundo y vidriera del teatro local, de alta calidad. La Agencia Córdoba Cultura a través del Teatro Real es el organismo responsable de este Festival bianual, que siempre ofrenda una programación que sorprende, emociona e invita a pensar.
Miguel Bosco protagonista de "Horacio..."
En esta onceava edición, el Festival Internacional de Teatro del Mercosur albergó propuestas provenientes de más de 15 distintos países, llevó espectáculos a localidades del interior cordobés como Sacanta de unos 3000 habitantes o Embalse -donde se montó Iara- O encanto das aguas, teatro de sombras de Brasil- y sin dudas, formó, contagió y sumó nuevos espectadores.
Más de 50.000 personas de toda la provincia, informaron los organizadores, vieron teatro de poéticas y lenguajes de lo más diverso.
Obras de Bélgica, Canadá, Italia, España, Portugal, Suecia, Serbia, República Checa, Brasil, México, Ecuador, Cuba, Uruguay, Colombia y Bolivia se cruzaron con propuestas de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Salta, Tucumán, Catamarca y Córdoba.
La región Centro Litoral tuvo una presencia notoria esta vez con cuatro espectáculos que dejaron bien parada la producción artística del interior y la calidad de sus actores. A saber, Carne de juguete y Horacio, amigo de Hamlet, ambas obras de Rosario, Nenúfares, un espectáculo puto, de Santa Fe y El cruce, de Paraná.
Una escena de "Carne de juguete"
Los entrerrianos de "El cruce"
cosecharon elogios en Córdoba

Lucida actuación de Edgardo Dib en "Nenúfares..."
La Comedia Cordobesa, por su parte, ocupó varios casilleros de la grilla de programación, con cuatro espectáculos. En la jornada de apertura, estrenó una versión libre del clásico de Luigi Pirandello Seis personajes en busca de autor, bajo dirección de Corina Fiorillo quien orquestó y articuló el talento de 19 actores, de distintas generaciones: caras reconocidas y nuevas, de este elenco oficial, tuvieron su momento de lucimiento en escena.

Saludo final de elenco de "El avaro",
en función en la cárcel (foto La Otra Butaca).
También se mostró Ella, de Susana Torres Molina y El último viaje de Consuelo de Saint Exupèry de Alejandro Finzi, dirigidos por Gonzalo Tolosa y El avaro, de Molière que se vio en el penal de Bower con dirección de Willy Ianni.
La danza teatro tuvo su máximo exponente con Noite, un espectáculo de Portugal que indaga en los disímiles submundos nocturnos. Jóvenes bailarines –André Braga, Paulo Mota y Ricardo Machado-, de cuerpos muy pregnantes y versátiles desandan y expresan los recovecos de la noche de la mano de textos del poeta Al Berto y Sandor Marai y una puesta que con un sinnúmero de cubiertas y precisa iluminación, logra significar cuevas, agujeros, montañas, un cuadrilátero de box, un pozo, un lugar adonde echarse a dormir, una protesta, violencias varias, un puente o un pedestal.


Pieza plástica (Buenos Aires), de Marius Von Mayenburg, dirigida por Luciano Cáceres, subió a escena una historia que con humor pone en cuestión las relaciones de pareja y familiares, la violencia, las frustraciones. Además del texto y la puesta, sobresalen las actuaciones de Florencia Benítez, Joaquín Berthold, Santiago Magariños, Daiana Provenzano y Julián Calviño.


Claudio Da Passano y Claudio Martínez,
Abel y Caín en "Terrenal"
Terrenal, también de Buenos Aires, llenó el Teatro Real en dos funciones: una en el mismo horario del partido de la Selección Argentina de Fútbol y en la otra, competía contra el frío y la lluvia. En ambos casos, la gente hizo cola y aplaudió de pie este trabajo escrito y dirigido por Mauricio Kartún con las magistrales composiciones de Claudio Da Passano y Claudio Martínez Bel y un gracioso Tata Dios encarnado por el santafesino Rafael Bruza.

Lujo local
Agamenón, volví del supermercado y le di una paliza a mi hijo, de Rodrigo García, dirección de Sergio Osses, al igual que El Cura. Teatro coral y Los hijos de… (un drama social) –esta última dentro de la programación de los Premios 2016 de la Subdirección de Artes Escénicas de la Agencia Córdoba Cultura-, figuran tal vez entre los nuevos trabajos del teatro que se hace en Córdoba y que tuvimos oportunidad de ver. Una y otra puesta, resonó e impactó sobremanera en los espectadores, ya sea por sus puestas innovadoras o bien por el diálogo que estos textos generan con las noticias, con el contexto actual, con la virulencia del consumismo y los discursos vacíos, con la pedofilia, la homofobia y la hipocresía, con el desamparo del desempleo o los despidos y el menosprecio y ninguneo de los empresarios.
"Agamenon..."
En el caso de Agamenón -que se hizo en la cuidada y preciosa sala La Chacarita-, la violencia de lo dicho parece tocar al espectador, sacudirlo internamente y dejarlo pasmado. La síntesis del consumo porque sí y el vacío existencial, que se observa en esta puesta y su vestuario plástico, en las actuaciones de Lucas Goria y Pola Halaban y en la atmósfera sonora y visual asfixiante, llega, provoca y demuele.
En tanto El Cura. Teatro coral en tanto, constituye una tesis teatral. Este trabajo, dramaturgia y dirección de José Luis Arce, habla de la pedofilia pero no solamente, explica de algún modo las complicidades o la razón de ser de la existencia de estos sujetos: la homofobia y la hipocresía social. Las distintas voces de los ocho actores y sus parlamentos, en distintos planos o al unísono, construyen un universo oscuro, una trama social y estética que enuncia lo complejo, la espesura de los dobles discursos. Es un texto potente, necesario. Es una obra necesaria de ver.
"Los hijos de..."
Los hijos de… (un drama social) hace anclaje en tres historias de desempleo y despedidos –en realidad son más si uno se queda pensando en las historias de esos rostros curtidos de operarios, albañiles o empleados de fábrica que están en la puesta y en las butacas-, para señalar las fibras que estas situaciones movilizan adentro de uno, con la familia o en la calle-el sistema, las angustias, el tiempo que no para ni un poco, la necesidad de aprender a construir un motor que nos saque 'la fucking melancolia". Una propuesta bella y conmovedora por donde se la mire.
Hubo más exponentes del buen teatro que se hace en la Docta como Esdrújula, palabras para Bonino, de Zeppelin Teatro, Volver a Madryn de Rodrigo Cuesta o Los Modernos 15 años, que hemos podido disfrutar en otros festivales.

Arte como continente
Imagen de "Noite" (Portugal)
"En el cruce entre una expresión cultural y otra aparece la frontera y su desdibujamiento simultáneo, aparece el hombre con su condición fronteriza esencial... El arte es un continente, que acepta, asimila la diferencia y protege la convivencia", afirma Raúl Sansica, director de este mega encuentro internacional de teatro. Y uno puede confirmarlo, función tras función.
"Penev" (España)
Penev, de la compañía La teta calva, de Valencia (España) hizo reír con una propuesta que “despierta” al espectador para que levante el ánimo, para que entienda el teatro, para que sepa que “la vida es una puta mierda excepto cuando rueda la pelota o cuando se levanta el telón”. Este trabajo premiado como mejor espectáculo en la Feria de Teatro de Huesca, tiene una puesta austera, bella y sentida. “Una obra de fútbol para los que odian el teatro y una obra de teatro para los que odian el fútbol”, señala Xavo Giménez, autor y uno de los actores junto a Carles Sanjaime.  Ambos componen dos personajes por demás tiernos y entrañables. Tras esa función en el imponente Centro Cultural Córdoba, los valencianos hicieron las valijas y marcharon a hacer la obra en Rosario, Asunción (Paraguay) y Santiago (Chile).
"Hermanas del Alba" (Bolivia).
Foto de La Otra Butaca
Desde La Paz (Bolivia) llegó Hermanas del Alba, una puesta que sorprendió al público y a los simples transeúntes. Es que la versión del clásico de Federico García Lorca, arrancó con un cortejo fúnebre a pie, desde la Iglesia de la Compañía de Jesús hasta el Teatro del Libertador, pasando por la transitada avenida Vélez Sárfield. Así fue que un hombre que por ahí andaba, vio de pronto pasar en procesión a un montón de mujeres todas llorosas y ataviadas de estricto negro, a las que aprovechó para estirarles su gorra y pedirles unos pesos.
Otros, fueron público ocasional desde la ventanilla del colectivo urbano o un taxi. Ya en el escenario, la historia de Bernarda y sus hijas, se desplegó en clave de flamenco. Si bien el texto se demoró en llegar y resultó bastante abreviado en esta propuesta de danza teatro, el trabajo de las bailarinas es notable, exhibieron gran técnica y generaron momentos únicos de gran belleza que generaron aplausos espontáneos, incluso mucho antes del final.

Un manifiesto y un convite
Italia se destacó con la presentación de Still life 2013 de Ricci-Forte. Un trabajo a todas luces, impactante y movilizador. Uno de los trabajos más conmovedores vistos arriba de un escenario.
No es un teatro que deja pensando, no. Estos artistas van más allá y procuran que uno cambie de idea y pensamiento, que los espectadores salgan siendo más humanos que cuando entraron a la sala. Cuando todo deshumaniza y el otro y las diferencias, no pueden ni verse siquiera, esta obra hace vibrar nuestras estanterías y conmueve, claro. Tiene belleza, poesía, imágenes y metáforas por doquier. El espectáculo muele, pisa, golpea, machaca los corazones para que nunca más un pibe cualquiera se suicide perseguido por el bullyng homofóbico. Ese fue el hecho real que disparó la producción de esta obra: un chico de 13 años en Roma, en 2013, se colgó de la lámpara de su casa con su bufanda rosa, su color preferido y con el que lo acosaban sus pares.
Hay un momento único, el de dos mujeres -que pueden ser dos madres, dos padres o dos tíos-, que enumeran casi hasta el infinito, todo lo que enseñarán a sus hijos para no reproducir más miserias, prejuicios, estigmas, persecuciones. Es una enumeración que parece no acabar y eso lo hace aún más bello y triste a la vez.
Still Life 2013 (Italia)
La luz de lleno a la platea y la puesta a prueba del público, a ver hasta dónde se bancaba la homosexualidad, con un beso –como simple manifestación de amor- en la boca de parte de los actores varones a los espectadores varones y de las actrices a las mujeres que se habían sentado en la primera o última fila, fue un gesto “incredibile, inaspettato e meraviglioso”. No hay mejores palabras que esas, en italiano, para describir lo visto y sentido en el Teatro Real de Córdoba.
Se trata de un teatro que denuncia de manera profunda y que ansía una sociedad más humana. Así lo dijeron los creadores en la charla previa y eso mismo se trasuntó en el espectáculo.
Hermoso encontrarse en la vida, con artistas tan comprometidos y talentosos.
Este espectáculo, cabe destacar, ha girado por toda Italia desde 2013 hasta entonces. La primera vez subió a escena en el Teatro Argentino de Roma. Ahora venía de mostrarse en Uruguay, pasó por Córdoba y siguió viaje hasta México, donde por estos días se verá en las ciudades de Cualiacán, Mazatlán, Guanajuato y en León.
Los que anden por ahí, ya saben, tienen que ir a ver Still Life 2013. Van a quedar como desplumados o destripados, pero agradecidos.


En la edición papel de diciembre ampliaremos estos conceptos, más reseñas de obras y agregaremos más información sobre libros y otras actividades realizadas en este super festival. ¡Estén atentos!

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