Un pensamiento excepcional

Con
erudito prólogo de Borja Ruiz, Arce escribe según el español “un ensayo sobre
teatro pero limítrofe con la filosofía, el psicoanálisis y la antropología”. Es
así éste, un libro complejo, alivianado por numerosos subcapítulos e imágenes, y
por un estilo coloquial, que en efecto “bebe de una crisis económica y política
particular, la de Argentina, que ahora parece expandirse como pandemia mundial”.
Desde
apabullantes lecturas, prácticas grupales y reflexiones y una actitud
experimental muy identificable con lo mejor del teatro independiente argentino
de este siglo, el trabajo, como su título sugiere, refleja el resultado de una
madurez teórica y profundidad poco frecuente. José Luis dialoga en estas páginas
con los más prestigiosos creadores contemporáneos, con sus obras y palabras,
para seguir pensando el arte y haciendo palabras y obras poderosas, e
incómodas, en una espiral tan urgente como un remolino que teatra.
Isidoro Rossi en Inteatro

La
publicación de su comedia asainetada El
milagro de Mano Santa (1936), o Mano
Santa a secas, que el precursor del teatro independiente entrerriano
estrenó con el Cuadro Filodramático Jóvenes Amantes del Arte, con dirección de
David Leveroni, y más tarde con la Agrupación Artística
Florencio Sánchez en la capital provincial, ahora digitalizada y difundida por la Editorial del Instituto
Nacional del Teatro, representa acaso un silencioso suceso para la historiografía teatral de Entre
Ríos. Ya sea por sus méritos (los de la obra), los de su dramaturgo, sus
condiciones de producción y los de su puesta en escena, y por la compañía de
los autores estelares que acompañan al autor del grotesco criollo Berto - lucida excepción textual de este
autor de provincia.
La
publicación en cuestión constituye un acto de reparación con la memoria del
principal creador teatral de la región durante la primera mitad del pasado
siglo. Su inclusión en esta demorada antología pone al alcance de teatristas de
todo el mundo, una voz muy personal y una pieza efectiva. En definitiva, este libro coloca a Isidoro Rossi con justicia,
a la par de algunos de los más interesantes escritores de su época en el país.
Las memorias de un actor

Ya
desde el título, Martínez advierte de la carga emocional de estos relatos que
lo tienen por protagonista, a la vez que insinúa un guiño a la comunidad
escénica local. En efecto, formado desde joven con el método stanislavskiano-entre
sus docentes se mencionan a los santafecinos Rubén “Chiry” Rodríguez y Carlos
Thiel-, pretende el autor testimoniar mojones de sus aprendizajes, sin
adentrarse en cuestiones teóricas o académicas, ni mayores precisiones
temporales.
Concurren
artesanías, comedias musicales y espectáculos para niños, con el fluir algo
melancólico de su vida en el arte. Un apartado especial lo ocupa su formación
como escenógrafo en la
Capital Federal , y algunas reproducciones de críticas a sus realizaciones.
Desfilan
así por estas páginas, referentes escenográficos (Saulo Benavente), pedagógicos
(Roberto Vega, Hugo Midón), anécdotas y valioso material fotográfico de las
estancias en Paraná, Santa Fe y especialmente
en Buenos Aires.