Revista de artes escénicas, de distribución gratuita, producida en Entre Ríos, Argentina.
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sábado, 30 de enero de 2016
jueves, 19 de noviembre de 2015
Seminario Iberoamericano de Dramaturgia Creativa
Bajo la coordinación general de Mauricio Kartún, tuvo lugar
el Seminario Iberoamericano de Dramaturgia Creativa, que se dictó en tres intensas
jornadas en el Centro Cultural Kirchner, entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre
pasado. Al encuentro asistió un total de 500 participantes. De a poco, iremos compartiendo
parte de lo registrado en cada una de las clases.
La primera conferencia –clase fue la del uruguayo Gabriel
Calderón. Como bien anticipaba el título
de su charla "Escribir leyendo - Lo que aprendí de la dramaturgia leyendo teatro",
este talentoso autor y director repasó diversas lecturas que resultaron
fundacionales para crear. “Sabía de teatro, de actuación, pero no sobre
escritura. Gané premios con mis textos pero siempre creía que había un
malentendido… siempre tuve desconfianza en la escritura y la vi como una
plataforma que corrigen los actores. Los errores y el conocimiento de ellos, son
importantes”, comenzó.
De su recorrido como lector se fueron desprendiendo sus
propios aprendizajes, conclusiones o metodologías a la hora de escribir.
Mencionó desde El zapallo que se hizo
cosmos, de Macedonio Fernández, el aporte del brasileño Nelson Rodríguez o
del francés Bernard-Marie Koltés. De este último leyó un fragmento de La vuelta al desierto, para ejemplificar
el agotamiento de un concepto, acaso también como posible método que despunte
una escritura.
Más adelante Calderón parafraseó a Thomas Bernard, cuando
propuso llevar todo el asco a la obra y no, la mitad.
Para cerrar, eligió un texto de su coterráneo Felisberto
Hernández, en el que el autor cuenta la génesis de sus cuentos. “…A pesar de
la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es
desconocida. En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una
planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo
raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no
fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo
hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo
presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía
si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no
pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté
destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo
a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas
intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía
natural, desconocida por ella misma”…
miércoles, 9 de septiembre de 2015
"El hijo de Agar" se estrenó en Rosario
Reseña
Guillermo Meresman
José
González Castillo (1885-1937) fue uno de los más grandes autores teatrales
argentinos de comienzos del pasado siglo. Rosarino, el autor de Los invertidos, dejó su impronta en el
teatro nacional, inoculándole polémicas y temas tabúes, y su irreverencia,
desde hace pocos años, es motivo de algunos estudios académicos y de
recuperaciones como la que ahora propone Rosario Imagina, el grupo fundado por
Rody Bertol, de características particulares en el teatro de la región.
El
drama fue motivo de lucimiento de una joven Camila Quiroga en 1915, y a pesar
de los cien años transcurridos de su primer estreno, El hijo de Agar aún conserva vigencia
merced a las operatorias de los directores y a la intensidad que logra el joven
elenco a su cargo, en el Teatro La Manzana.
Los temas del aborto y el infanticidio, las responsabilidades
de los distintos personajes y la interrogación a los estamentos religiosos y
políticos, son los ejes por los que la nueva versión de Bertol- Natalia
Pautasso, avanza en una consideración actual y descarnada.
Los
actores, desde un comienzo, justifican su interés en estas problemáticas,
explicitando lo candente del cuestionamiento social realizado por el dramaturgo
y el derecho a tomar la pieza (y redescubrirla) como a uno de nuestros
clásicos.

Ahora,
en el natural ablande que significa la etapa posterior a un estreno de estas
características, seguramente actores y directores afinarán su obra necesaria,
en la que puede observarse ya, honestidad artística e inteligencia creativa. Dos
valores que la platea agradece tanto.
La obra se puede ver todos los sábados de septiembre a las 22 en San Juan 1950, Rosario.
jueves, 3 de septiembre de 2015
lunes, 27 de julio de 2015
El teatro envolvió como un viento
Del 14 al 19 de julio pasado volvió a desarrollarse una nueva edición, la onceava, del Festival de Teatro de Rafaela. Un encuentro recargado de propuestas, que conservó su derrame sobre otras localidades de la región, y que como cada año es una fiesta de las artes escénicas en la que participan miles de espectadores y cientos de artistas y colaboradores de un gran equipo anfitrión.
Durante seis días, esta
localidad del oeste santafesino, luce distinta, movilizada, ávida. Durante seis
días, la Municipalidad de Rafaela, regala un evento repleto de emociones, obras
y talentos, en distintos escenarios y para todos los gustos.
Desde la apertura de
cada Festival, se altera la norma del microcentro y con ella, la vida
cotidiana. Esta vez, cientos de ciudadanos acompañaron el desfile de la Fanfarria Da Vinci de Córdoba y
siguieron al gigante dragón de globos rosados, negros y blancos, creación de
Víctor Tomate Ávalos, hasta su ingreso al Cine Teatro Belgrano. Allí fue la
inauguración oficial, donde se lo escuchó al secretario de Cultura, Marcelo
Allasino, explicar este fenómeno que ocurre en la ciudad: “Hay quienes se resisten al cambio y hay
quienes lo abrazan. Este festival es una muestra contundente de ese cambio que
estamos viviendo como comunidad. Es un ejemplo de transformación”, expresó.
Luego habló el
intendente, Luis Castellano, quien sorprendido por la cantidad de personas que
había en la sala, -más las 80 que no pudieron entrar porque estaba más que
repleto-, señaló: “La cultura es un derecho, y todos tenemos derecho a la
cultura, de la misma manera que todos tenemos derecho a la educación o a la
salud. Y el Festival de Teatro va camino a igualar ese derecho. Ahí está el
éxito que tiene”.
Tras los discursos,
comenzó La Pipetuá a desandar sus 13 años
(la edad del pavo), con el clown, el circo, la música, curiosos efectos
lumínicos y mucho humor. La antología del reconocido grupo de Buenos Aires,
atrapó a una platea colmada que rió con cada ocurrencia o peripecias de
Sebastián Amor, Fefo Selles, Diego Lejtman o Maxi Miranda, la generación de burbujas
enormes o la permanente interacción que entablaron con el público en distintos momentos
del espectáculo. Se los despidió de pie y lo mismo pasó con las otras dos obras
programadas en el primer día, en el Teatro Lasserre y en La Máscara, con Muñeca…, de Armando Discépolo en versión
libre de Pompeyo Audivert y Doberman,
de Azul Lombardía, ambas de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
En el caso del
trabajo de Audivert-Andrés Mangone, la puesta en escena pareció verse
enriquecida en un espacio tradicional en la primera salida de la sala del Centro
Cultural de la Cooperación, y potenció la interpretación de un sólido elenco
conformado por Ivana Zacharski, Diego Vegezzi, Fernando Khabié, Pablo Díaz,
Gustavo Durán, Carlos Correa, Mosquito Sancineto y el propio director y
protagonista, con la composición de un Anselmo para la memoria.
En Doberman, -que conoció el año pasado una
versión gualeguaychense- Mónica Raiola y Maruja Bustamante encarnan a dos
mujeres casadas, reconocibles en su singularidad. Las dos talentosas, en los
contrapuntos rítmicos que proponen sus personajes, causan mucha gracia y a la
vez, permiten atisbar el devenir de una historia acaso tragicómica.
Osados
El festival tuvo
varios escenarios. Este año, volvió a lucirse una carpa de circo en la que 75 watts de La Metereológica del
Circo Da Vinci, por caso, entretuvo a las familias con la misma magia de
siempre.
En la Sociedad Italiana, en
tanto, Jorge Villegas de la compañía Zeppelín Teatro presentó Argentina Hurra!, una propuesta de
teatro político que continúa haciendo foco en la violencia de la década del ’70,
una mirada crítica y mordaz al peronismo y los coletazos de su impronta y
personajes que rodeaban a Perón. Un espectáculo pleno de ideas y gracia que
entendemos consolida su particular poética, y que lleva al grupo cordobés a un
lugar de atención nacional por su original proyecto creador.
(fotos de Gustavo Conti)
En las primeras
jornadas se vieron también obras de Mendoza y Rosario y esta vez, la invitada
internacional fue De-vir (Brasil) que
se destacó junto con La Wagner, de
Pablo Rottenberg, entre las altas ofertas de la danza contemporánea incluidas
en una intensa programación. La danza proveniente de Brasil exhibió cuerpos
elásticos que parecían idear figuras animales o monstruos, mostró imágenes que sumergían
al espectador en un raro mundo silencioso y fantástico.
En cambio las mujeres
de La Wagner, desnudaron una técnica
impecable, crearon con sus trabajados cuerpos, una atmósfera de osadía
mayúscula, de violencia impronunciable, impensada, a partir de escenas
difíciles de digerir, imágenes que sólo compartiéndolas con otros, abren más y
más significados y ayudan a procesarlas porque sin dudas, punzan y
muestran
descarnadamente lo que no siempre queremos ver.
Nuevas miradas
La calidad de los
trabajos presentados en esta edición, volvió a sorprender. Sólo por citar unos
casos, destacamos a Boyscout, de
Dennis Smith. La voz de este artista, la singular música en escena, la historia
y cómo se la cuenta, constituyen un entramado visual y sonoro que mueve todas
las estanterías: denuncia los rótulos -“agujeros en la cabeza”, dirá el actor
en su relato- que imponen las familias y tantos nefastos actores del sistema
educativo.
Historias como éstas
y las que dejaron picando Argentina Hurra! o Un trabajo, de Lisandro Rodríguez y Elisa Carricajo, recién
estrenada en Buenos Aires, propician movimientos internos, estelas de ideas y
pensamientos que no se pueden medir ni transferir, pero nos acompañan y
enseñan. Un trabajo pone en escena,
de original modo, nuevas rutinas laborales y nuevas relaciones de poder y
mediaciones, nuevos deseos, preguntas y respuestas, un contemporáneo estado de “confusión
generalizado” en el que no se sabe qué está bien o mal, como dirá Rodríguez en
la mesa de devoluciones, junto a críticos y periodistas.
También se vio Representación nocturna del marqués de
Segrebondi (Rosario), una obra que se anima a meterse con el oscuro
universo de Osvaldo Lamborghini y su cuento “El niño proletario”.
Matías
Martínez, Martín Fumiato y Matías Tamburri, encaran la pieza con una mirada
crítica y una estética cuidada que se torna poética: se dice lo más crudo pero
el espectador no lo ve. Las palabras en boca de estos buenos actores, bastan
para denunciar e incomodar a tantos burgueses sueltos por ahí y en estos
tiempos, se agradece.
Ingue, con la versátil actuación de Yanina Frankel, bajo dirección de Darío
Levin, llegó a todos los espectadores. La clown subió y bajó del escenario para
jugar con los presentes, improvisó un falso alemán ante la presencia de un
perro que había ingresado a la vecinal Guillermo Lehmann y, -aunque el
espectáculo cuenta la frustrada y triste búsqueda de su familia, en plena
guerra- la actriz logra conquistar al público con un sinnúmero de recursos y
gestos, hace reír como pocos y consigue restituir lazos vitales y emprender una
vida nueva.
En Un gesto común de Santiago Loza, se
lucieron Iride Mockert, Diego Benedetto y José Escobar. En particular, este
último, conmovió con la creación de un personaje que con poco parlamento,
transmitió su soledad y su amor.
En el último día, se
asistió a Piedra sentada, pata corrida, escrita
y dirigida por el joven Ignacio Bartolone. Esta pieza, a través de las
vivencias de un grupo de indios de la tribu Lechiguanga, recrea un singular
vínculo con el conquistador blanco, da vuelta las crónicas e imaginarios de la
época y agrega nuevos sentidos. Aquí actores, también jóvenes y muy buenos,
revisan la Conquista –tema poco representado según señalan especialistas-, con
un humor que cuestiona y actualiza la figura del personaje blanco –y también de
los aborígenes y del ser superior…- que de pronto será la cautiva, prenda para negociar
cambios que se avecinan. El poder en manos de la mujer, la relación con lo divino
y los sueños, los diversos modos de vivir la sexualidad en medio de la nada,
son otras de las líneas que se leen no sin gracia, en esta obra.
La maratón de obras
que ocurrió cada día, nos impidió llegar a tiempo y ver Un lazo rojo de elenco rafaelino pero sí pudimos disfrutar de Las arcanas con las reconocidas actrices
Silvit Yori, María Cecilia Tonon, Mayra Armando y Marilú de la Riva.

Fauna gótica, con 18 actores en escena,
dirigidos por Matías Feldman y un público siempre de pie, conducido por los
actores, fue otra de las piezas que abonó a la metáfora, puso a jugar otra
estética y modo de hacer teatro que aquí se entremezcló con los
espectadores, los involucró.
Esta edición quedará
sin dudas en el recuerdo de muchos. Hubo riesgo e intensidad a montones. Hubo
ganas de dejarse llevar y cautivar. Hubo público de sobra aquí pero también en
Suardi, Pilar, Ataliva o un poblado como Clucellas, de no más de 915 almas. Si
bien algunas mezquindades políticas hicieron caer algunas subsedes, quitándole
la posibilidad de disfrute a muchos, desde la Municipalidad anfitriona, seguirán
dando batalla. Intuyen que este Festival ya no puede parar y tiene un solo
dueño, la gente.
Para destacar.
Niños y grandes envueltos
El lema de este año
fue “El festival te envuelve” y así resultó. Más de 18.000 espectadores se
dejaron abrazar. Una mujer sentada en la primera fila, a la espera de que
empiece la función de Soñar no cuesta
nada (Buenos Aires), en una vecinal, contó que su hijo había tenido que
hacer una larga cola, el primer día de boletería, para sacar entradas y que en esa
primera jornada ya se habían agotado varias. Después el dato lo confirmaron los
organizadores y lo reprodujo la prensa, pero la mujer no lo podía creer.
Los más pequeños, boquiabiertos ante las destrezas, acrobacias y juegos que propusieron los distintos artistas en la Carpa de Circo o en lugares como el anfiteatro del Parque de los Eucaliptos, rebasado como nunca, en donde se vio la obra RosaRrosita (Buenos Aires), fueron grandes privilegiados. Fueron invitados a jugar por los Dislocados Minimi y Rockecycle (Buenos Aires); en la obra 75 watts (Córdoba) o en Aloloco que se hizo en la plaza 25 de Mayo, entre otras propuestas.
Los más pequeños, boquiabiertos ante las destrezas, acrobacias y juegos que propusieron los distintos artistas en la Carpa de Circo o en lugares como el anfiteatro del Parque de los Eucaliptos, rebasado como nunca, en donde se vio la obra RosaRrosita (Buenos Aires), fueron grandes privilegiados. Fueron invitados a jugar por los Dislocados Minimi y Rockecycle (Buenos Aires); en la obra 75 watts (Córdoba) o en Aloloco que se hizo en la plaza 25 de Mayo, entre otras propuestas.
domingo, 19 de julio de 2015
Imágenes de un Festival que te abraza
Apertura del 11º Festival de Teatro de Rafaela con la Fanfarria Da Vinci.
(fotos de Mónica Borgogno y Guillermo Meresman)

En la Carpa de Circo se vio "75 watts", proveniente de Córdoba. Excelentes músicos, comediantes, acróbatas que también supieron jugar y hacer participar a la platea infantil.
Todos los días, en una de las salas del Complejo cultural del Viejo Mercado, periodistas, espectadores y artistas se encontraron para debatir o compartir experiencias de uno y otro lado del escenario.
En la vecinal de barrio Villa del Parque se presentó "Soñar no cuesta nada" (Buenos Aires) que divirtió a grandes y chicos y con canciones en distintos idiomas, cautivó a unos y otros.

"RosaRrosita" (Buenos Aires), hizo su función en un desbordado anfiteatro Parque de los Eucaliptus.
Minimí y Roquecycle fueron los personajes "Dislocados" (Buenos Aires) se presentaron en la Carpa. Hicieron riesgosas pruebas y malabares y jugaron con los niños.

Una divertida y tierna "Ingue" (Buenos Aires), conquistó a quienes la vieron actuar en la vecinal del barrio Guillermo Lehmann.
Yanina Frankel es la actriz que encarna a este personaje situado al final de la 2da Guerra Mundial, que en clave humorística, busca a sus familiares y construye una nueva vida y relaciones. "Ingue" hizo funciones en distintas vecinales y también en la subsede de Suardi.
(fotos de Mónica Borgogno y Guillermo Meresman)
Con "La Pipetuá 13 años (la edad del pavo)" de Buenos Aires, arrancó a todo humor, el Festival en el Cine Teatro Belgrano. Gran despliegue escenográfico y lumínico y actores que hicieron participar al público, incluso al intendente y su esposa, sentados en primera fila.
En la Carpa de Circo se vio "75 watts", proveniente de Córdoba. Excelentes músicos, comediantes, acróbatas que también supieron jugar y hacer participar a la platea infantil.
Todos los días, en una de las salas del Complejo cultural del Viejo Mercado, periodistas, espectadores y artistas se encontraron para debatir o compartir experiencias de uno y otro lado del escenario.
En la vecinal de barrio Villa del Parque se presentó "Soñar no cuesta nada" (Buenos Aires) que divirtió a grandes y chicos y con canciones en distintos idiomas, cautivó a unos y otros.
"RosaRrosita" (Buenos Aires), hizo su función en un desbordado anfiteatro Parque de los Eucaliptus.
Minimí y Roquecycle fueron los personajes "Dislocados" (Buenos Aires) se presentaron en la Carpa. Hicieron riesgosas pruebas y malabares y jugaron con los niños.
Una divertida y tierna "Ingue" (Buenos Aires), conquistó a quienes la vieron actuar en la vecinal del barrio Guillermo Lehmann.
Yanina Frankel es la actriz que encarna a este personaje situado al final de la 2da Guerra Mundial, que en clave humorística, busca a sus familiares y construye una nueva vida y relaciones. "Ingue" hizo funciones en distintas vecinales y también en la subsede de Suardi.
lunes, 13 de julio de 2015
Otro Spregelburd en Paraná
Reseña.
Guillermo Meresman/Mónica Borgogno
Se estrenó en junio en la pequeña sala Metamorfosis/Callejón de los sueños de Av. Alameda de la Federación, Remanente de invierno de Rafael Spregelburd, con dirección de Jesús Fercher, actor de varias obras ofrecidas durante la última década y docente a cargo de distintos talleres en Paraná.
El texto escogido es la conocida pieza estrenada en Buenos Aires a mediados de los años ’90 por el descollante autor porteño conocido del público local merced a los estrenos de Destino de dos cosas o de tres o La tiniebla, encarados por Lito Senkman y Oscar Lesa-, también por su abundante dramaturgia édita y por sus premiados trabajos como actor (de teatro, cine y televisión), director y protagonista del teatro argentino desde hace veinte años. En continuo movimiento, el texto pertenece a un período inicial de este artista, que ha ido complejizando sus propuestas pero que ya desde entonces, precozmente, supo recibir los mayores halagos del campo cultural.
Las reflexiones que le dedica Patricia Zangaro al texto abordado, son demostrativas tanto de su atractivo como de las dificultades a las que se asoman los grupos del país que deseen enfrentarse a su personal poética: “Aunque puede ubicarse la textualidad de Spregelburd en relación al ‘significante imperial’ de la tradición dramatúrgica de Occidente en términos de diálogo, personajes y acción, parece escribirse desde un deslizamiento de ese sistema hacia un territorio que tiene que ver con la estructura misma del lenguaje y sus mecanismos de construcción y deconstrucción de la noción de sujeto, del montaje y desmontaje de los procesos de enunciación y la disolución del principio de verdad (…) En esta ecuación se sostiene la profunda renovación estética que propone el teatro de Spregelburd, que no necesita de complejas caracterizaciones psicológicas, ni de elaboradas escenas en las que esos caracteres entren en conflicto, ni mucho menos de grandes frases para dar cuenta, por ejemplo, como en Remanente de invierno, de la absoluta incomunicación que rige los vínculos familiares: le bastará mostrar a Silvita usando de manera arbitraria las preposiciones, ante la impotencia de sus padres, para poner en acto esa incomunicación justamente a través de aquello que usamos para comunicarnos. Y todo ello por medio de juegos verbales, pródigos en humor y eficacia teatral, que proporcionan el goce del mismo modo que la puesta en crisis de ciertas "verdades" adquiridas. Este ‘deslizamiento epistemológico’ desde donde parece escribirse el teatro de Spregelburd resulta fundante a la hora de preguntarse sobre los procesos de construcción del receptor ideal que esta textualidad promueve”.
En este sentido, Fercher opta por una puesta en escena tradicional ortodoxa, que respeta esa dramaturgia de autor, aunque creemos, se permite pocas licencias significativas a la hora de la definición de los personajes que tal vez podrían enriquecer la puesta y potenciar el humor irónico que propone el texto. No obstante, en esta conducción es bien acompañado por el trabajo de Andrea Fontelles (vestuario y escenografía), Leandro Osorio (diseño y operación de luces) y Gustavo Caprile (música original y sonidos), y por un elenco heterogéneo, constituido por actores con amplias experiencias y otros noveles locales. Guillermo Vesco, Andrea Militello, Sandra Cortes, Alberto Lescano, Roberto Fadil, Bravo Franco, Cecilia Yeregui y Mabel Maggioni conforman un elenco con entrega, con algunos resultados desparejos pero en pleno crecimiento.
Ciertas dificultades en materia de ritmo y la complejidad del mismo material literario hacen que el espectáculo se desluzca en algunos pasajes. Sin embargo, el público mayoritariamente agradece la osadía del grupo y la elección de un rico material dramatúrgico, que en unos momentos más que en otros, adquiere vuelo, fuerza y belleza, o al menos humor, inteligencia y dolor, en la desafiante representación de nuestra contemporaneidad.
Lo absurdo de las familias y los fetichismos encarnados en muñecos y muñecas pero también en el aparato de televisión que se consume a diario y que consume pasiones, son apenas parte de la historia-no historia que se pretende contar. La convivencia con técnicos encargados del “funcionamiento” del hogar, se aparece como una escena futurista al igual que la avanzada y protagonismo de los electrodomésticos que aparecen en escena bajo luces de neón, unos, iluminándose o apagándose, otros.
El absurdo y parodia de noticieros que propone el texto, acá con una coloratura local, le imprime un sello aún más dislocado y habla de una investigación sonora y visual que hace repensar algo tan básico y complejo a la vez como lo es la comunicación, cotidiana, familiar, massmediática.
Guillermo Meresman/Mónica Borgogno
Se estrenó en junio en la pequeña sala Metamorfosis/Callejón de los sueños de Av. Alameda de la Federación, Remanente de invierno de Rafael Spregelburd, con dirección de Jesús Fercher, actor de varias obras ofrecidas durante la última década y docente a cargo de distintos talleres en Paraná.
El texto escogido es la conocida pieza estrenada en Buenos Aires a mediados de los años ’90 por el descollante autor porteño conocido del público local merced a los estrenos de Destino de dos cosas o de tres o La tiniebla, encarados por Lito Senkman y Oscar Lesa-, también por su abundante dramaturgia édita y por sus premiados trabajos como actor (de teatro, cine y televisión), director y protagonista del teatro argentino desde hace veinte años. En continuo movimiento, el texto pertenece a un período inicial de este artista, que ha ido complejizando sus propuestas pero que ya desde entonces, precozmente, supo recibir los mayores halagos del campo cultural.
Las reflexiones que le dedica Patricia Zangaro al texto abordado, son demostrativas tanto de su atractivo como de las dificultades a las que se asoman los grupos del país que deseen enfrentarse a su personal poética: “Aunque puede ubicarse la textualidad de Spregelburd en relación al ‘significante imperial’ de la tradición dramatúrgica de Occidente en términos de diálogo, personajes y acción, parece escribirse desde un deslizamiento de ese sistema hacia un territorio que tiene que ver con la estructura misma del lenguaje y sus mecanismos de construcción y deconstrucción de la noción de sujeto, del montaje y desmontaje de los procesos de enunciación y la disolución del principio de verdad (…) En esta ecuación se sostiene la profunda renovación estética que propone el teatro de Spregelburd, que no necesita de complejas caracterizaciones psicológicas, ni de elaboradas escenas en las que esos caracteres entren en conflicto, ni mucho menos de grandes frases para dar cuenta, por ejemplo, como en Remanente de invierno, de la absoluta incomunicación que rige los vínculos familiares: le bastará mostrar a Silvita usando de manera arbitraria las preposiciones, ante la impotencia de sus padres, para poner en acto esa incomunicación justamente a través de aquello que usamos para comunicarnos. Y todo ello por medio de juegos verbales, pródigos en humor y eficacia teatral, que proporcionan el goce del mismo modo que la puesta en crisis de ciertas "verdades" adquiridas. Este ‘deslizamiento epistemológico’ desde donde parece escribirse el teatro de Spregelburd resulta fundante a la hora de preguntarse sobre los procesos de construcción del receptor ideal que esta textualidad promueve”.
En este sentido, Fercher opta por una puesta en escena tradicional ortodoxa, que respeta esa dramaturgia de autor, aunque creemos, se permite pocas licencias significativas a la hora de la definición de los personajes que tal vez podrían enriquecer la puesta y potenciar el humor irónico que propone el texto. No obstante, en esta conducción es bien acompañado por el trabajo de Andrea Fontelles (vestuario y escenografía), Leandro Osorio (diseño y operación de luces) y Gustavo Caprile (música original y sonidos), y por un elenco heterogéneo, constituido por actores con amplias experiencias y otros noveles locales. Guillermo Vesco, Andrea Militello, Sandra Cortes, Alberto Lescano, Roberto Fadil, Bravo Franco, Cecilia Yeregui y Mabel Maggioni conforman un elenco con entrega, con algunos resultados desparejos pero en pleno crecimiento.
Ciertas dificultades en materia de ritmo y la complejidad del mismo material literario hacen que el espectáculo se desluzca en algunos pasajes. Sin embargo, el público mayoritariamente agradece la osadía del grupo y la elección de un rico material dramatúrgico, que en unos momentos más que en otros, adquiere vuelo, fuerza y belleza, o al menos humor, inteligencia y dolor, en la desafiante representación de nuestra contemporaneidad.
Lo absurdo de las familias y los fetichismos encarnados en muñecos y muñecas pero también en el aparato de televisión que se consume a diario y que consume pasiones, son apenas parte de la historia-no historia que se pretende contar. La convivencia con técnicos encargados del “funcionamiento” del hogar, se aparece como una escena futurista al igual que la avanzada y protagonismo de los electrodomésticos que aparecen en escena bajo luces de neón, unos, iluminándose o apagándose, otros.
El absurdo y parodia de noticieros que propone el texto, acá con una coloratura local, le imprime un sello aún más dislocado y habla de una investigación sonora y visual que hace repensar algo tan básico y complejo a la vez como lo es la comunicación, cotidiana, familiar, massmediática.
domingo, 28 de junio de 2015
Anticipo
Del amor al
humor en territorio cordobés
Del 3 al 7 de junio se desarrolló
Guillermo Meresman/ Mónica Borgogno
“El humor me subyuga”, confesó Raúl Sansica, motor principal de este Festival de características únicas en el país y que en esta última edición, supo subyugar a los casi 30.000 espectadores que disfrutaron cada una de las propuestas.
Con creces, este 2015
el Festival también pareció volver a dejar satisfechos a los organizadores, la
prensa y los artistas que subieron a algunos de los 50 diferentes escenarios.
A lo largo de la
década, el Pensar con Humor fue
asumiendo riesgos y desafíos, y así agrandándose “como galleta en el agua”. Hoy
es reconocido como un Festival único de la Argentina –al igual que el bienal Festival de
Teatro del Mercosur-, por la variedad y jerarquía de su oferta escénica, la
calidez del público y un entrañable y amoroso
equipo de organizadores, la deslumbrante
belleza de históricos teatros o espacios bien recuperados.
Fueron cinco días intensos,
de shows, espectáculos, presentaciones de libros, muestras, chistes, parodias e
ironías varias, que más de 200 artistas -en su mayoría cordobeses aunque la
grilla incluyó además humoristas de Mendoza y Buenos Aires-, prodigaron desde
todos los ángulos.
Consagrados y emergentes
Esta gran reunión en
la “cuna del humor argentino”, fue no casualmente publicitado con figuras que
mostraban la evolución del Hombre, hecho a la manera de Jericles y que remataba
en un hombrecito que se destornillaba de la risa.
En el primer día,
desde balcones y terrazas aledañas al Mercado Norte, donde actuó un picante Negro
Álvarez, la gente se pareció a ese hombrecito dibujado que reía. El Negro congregó a cientos de paseantes y hasta
trabajadores del lugar que se permitieron una pausa. “¿Qué haces vos?”, le
preguntó a un ocasional espectador devenido participante de su show y cuando le
contestó que estaba trabajando, ahí nomás vino el retruque: “Ah, ¡yo también
quiero trabajar como vos!”. Sus cuentos y humoradas hicieron las delicias de
sus fans que lo demoraron varios minutos con la solicitud de fotos y
autógrafos.
En esa primera
jornada otros humoristas cordobeses oficiaron de presentadores del Festival y en
paralelo, humoristas gráficos como Chumbi regalaron caricaturas y personajes
propios a niños y adultos, que dibujaron en un santiamén.
Por la noche de la
primera jornada, en la sala Carlos Giménez del Teatro Real, se realizó el
homenaje al destacado autor y director cordobés Miguel Iriarte, que con sus 79
años, subió conmovido al escenario a recibir una plaqueta y fue ovacionado por
una platea colmada de comprovincianos. Pero acaso el mayor tributo al popular
teatrista, llegó de la mano de una inspirada Comedia Cordobesa, que con la
dirección de David Picotto, reestrenó su comedia Eran cinco hermanos y ella no era muy santa.
Un excelente reparto
integrado por Silvia Pastorino, Cecilia Roman Ros, Pablo Tolosa, Gabriela
Grosso, Gabriel Coba, Giovanni Quiroga, Patricia Rojo, Carolina Godoy, Gonzalo
Tolosa y Oscar Mercado, transformó el planteo original de Iriarte,
perteneciente a los modos costumbristas del teatro argentino, en una rejuvenecida
versión libre cuartetera, que a ritmo de opereta o vodevil, deleitó con su
atrevimiento hasta al mismo creador del texto original. Coloratura de
personajes humildes y situaciones ágilmente esbozadas o resueltas, combinados
con una singular exploración expresiva y musical, esta última cargo de Elvio
Arcando, dieron lugar a una puesta genuina y con claro y acertado acento
mediterráneo, que periodistas nacionales y público general agradecieron de pie.
Natural
Hay que ir y palpar
cómo el humor está instalado, naturalizado y circula en todo momento, formas y
variantes, fluye por calles, bares y comercios, museos y plazas del “corazón
del país”. El humor está en la boca de todos, y si se perdona la frase, se
erige dueño y señor de las almas. “Cambios de humor, fue el slogan de este año.
Estamos viviendo momentos de tensiones, siempre cuando vienen las elecciones se
genera mucha tensión y si este festival nace a partir de esta cosa identitaria
que es el humor, nos propusimos ver qué pasa con estos cambios de humor. Bajo
ese concepto armamos la programación. Humor al paso, es un espacio en el que la
gente pasa y cuenta un chiste y uno puede ver que ahí salta la violencia de
género, la política, el costumbrismo, lo popular, el humor fino”, puntualizó
Sansica. En efecto, la idea de esta fiesta, allá por 2007, nace “para incluir a
los humoristas consagrados de Córdoba y este patrimonio intangible que tenemos.
No había un festival de humor, por eso se definió como Pensar con Humor y
explotó la propuesta que se hace en esta fecha en que merma la actividad de los
humoristas. Este Festival surgió para mostrarnos tal cual somos”, añadió.
La puesta en tensión
de los públicos así como la búsqueda de nuevos espectadores, es la gran apuesta,
siempre, según señala el director del Teatro Real. En ese sentido, una de las
mayores apuestas estuvo en programar el conmovedor unipersonal francés Oú on va papá?, interpretado por Xavier
Carrar de la Compañía Théàtre
des Hommes. Basada en la obra de Jean Louis Fournier, adaptada por el joven
actor, el espectáculo se mete con un tema nada sencillo de tratar, como lo es
el de la discapacidad, los miedos de la paternidad, los propios hijos y los de
los otros, las expectativas sobre los niños. Se trata aquí pues de otro tipo de
humor, que divirtió y emocionó tanto como hizo pensar, como el mismo nombre del
Festival enuncia. Pues es una pieza que primero habla de la discapacidad como
desgracia, en tono de burla, pero luego, cuestiona descarnadamente tal premisa
y así conmueve. Esta bella obra también fue disfrutada en Laguna Larga y Bahía
Blanca, en esta primera gira por Sudamérica.
Y entonces?
No faltó el característico
calor del público festivalero de la Docta.
Se apreciaron largos aplausos tras el espectáculo de Marcelo
Mazzarello y su Mazzarello no chilla así
como en la función de la querida Doña Jovita y sus nietos músicos en el
preservado edificio en el que funciona el Studio Theatre, una de las salas más
antiguas de la ciudad en actividad. Ante la original entrada de este típico
personaje serrano por el pasillo central de la platea, la gente no dejó de
sacarse fotos o contestarle las ocurrencias.
Algo similar ocurrió
en el Parque de las Tejas donde se vio Mundo
amado, acuérdate de Agustín Lara, bajo idea y dirección general de
Alejandro Viola, de esta compañía porteña con 25 años de trayectoria. En este
trabajo, dedicado al creador romántico latinoamericano, las mujeres bailaron y
cantaron con un exótico presentador y los varones presentes confesaron sus
actos más románticos. “¿Ves todos estos árboles que están acá? Los planté yo en
homenaje a ella, mi chica”, improvisó no sin gracia, uno del público ante la
pregunta del curioso animador.
Ariel Tarico en
tanto, aportó la necesaria cuota de humor político con su nuevo show Y ahora? que colmó el Teatro Real. “¿Qué
pasó, Cristina? Te llenamos la sala otra vez”, desafió de arranque. Con gran
despliegue escenográfico y valiéndose de su capacidad para imitar y
caricaturizar, el actor santafesino con la apoyatura de David Rottemberg, le
puso mucho humor a tantas contradicciones, alianzas, pseudo programas
políticos, discusiones o falta de ellas, en un año signado por las elecciones, ya
sea parodiando a la
Presidenta , al Papa, a Guillermo Coppola, a Santiago del Moro
o a Nelson K, o bien a un taxista
porteño facho, entre otros personajes. Tarico aprovechó y advirtió con
complicidad de los presentes: “Ojo, que De la Rúa … Cavallo… salieron de acá, eh (risas) …No sé
de qué se ríen”.
Locales
El stand up y el
humor regional, con su impronta mediterránea, llegaron a esta cita con diversas
y originales propuestas. Entre ellas estuvo la “Caminata Negra”, un recorrido
junto a la investigadora y docente Stella Navarro Cima, que repasó historias de
fantasmas en teatros de la ciudad, arquitectos esotéricos y anécdotas de, por
ejemplo, don Remigio de los Santos que en el siglo XVII gustaba apostar fuerte como
la vez que entró desnudo al convento de las Carmelitas Descalzas que se
encuentra en la denominada Manzana Jesuítica, o bien, cuando inventó su muerte
y despertó en medio del velorio. El paseo incluyó la visita al archivo de la biblioteca
de la Universidad Nacional
de Córdoba, donde se vieron ejemplares del pionero diario local La carcajada (1871-1905), El Eco de Córdoba (1860) y otras
publicaciones del estilo que llegaban desde Buenos Aires.
En la capilla del Paseo
del Buen Pastor, se lució Patricia de los Ríos, una joven maestra que el año pasado
ganó uno de los concursos que se organizan para estimular la creación local.
Fue un monólogo muy divertido, con ritmo y aplausos espontáneos. “A los
maestros no nos queda otra que el humor”, arrancó y más adelante se despachó
con la “bipolaridad” de los docentes, su relación con las nuevas tecnologías y
redes sociales. También habló de la conformidad que tiene con su propio cuerpo
o cabello “poroso”…“Nunca falta la que te dice “Patri te queda lindo pero por qué
no te hacés un alisado definitivo”.
Con Las Pérez Correa, el humor del dúo
Julieta Daga y Laura Ortiz, las conocidas payasas se presentaron ahora como candidatas
a Presidentas “pero juntas”, “porque -como aclararon una y otra vez- dos
cabezas piensan más que una, y cuatro ojos ven más que dos”. Así, exhibieron
sus delirantes propuestas electorales, decididas a conquistar distintos votos.
Buena machos! y Mi vida con Robert, también tuvieron un lugar destacado en la
programación de este año. La primera, desandó con muy buenas actuaciones
–Gonzalo Dreizik, Hernán Sevilla, Alejandro Orlando y Marcelo Massa-,
exagerados modos de ser varón que generaban una risa de identidad y también
distanciamiento hacia las violencias que genera el “educar al macho” en una
escena cotidiana o en el entretiempo de un partido de fútbol. En tanto, la
segunda, cerró el Festival. Esta pieza, protagonizada por Alejandro Orlando,
recreó la supuesta biografía de un actor cordobés que había “triunfado” y
cosechado grandes amigos en Broadway. Amigos famosos, que en fotos muy bien
seleccionadas y proyectadas en pantalla grande, iban contestando o completando
su falso modesto relato. La propuesta, rindió tributo a buenos actores y fue
más que propicia puesto que hacia el final la intervención de personajes,
humoristas y autoridades de la ciudad, partícipes de la fiesta, refuerzan la
veracidad de una graciosa mentira.
Una suerte de
síntesis de este pensamiento humorístico-creativo cordobés es la enorme obra de
uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX: don Juan Filloy. El
autor de tantos textos en los que campean la ironía y la humorada, una suerte
de aristócrata erudito mezcla con gaucho deslenguado, que llevó la
experimentación hasta las zonas más sublimes de una literatura nacional
excepcional, el autor de tres siglos que, como se dijo, “inmortalizó la siesta
cordobesa en el 2000”
y que es post mortem el recordman de la palindromía universal, debería algún
día también tener su homenaje en este querido Festival Pensar con Humor.
lunes, 15 de junio de 2015
Un maestro del clawn pasó por Entre Ríos
Last call/ Último
llamado
El maestro del clown, Gabriel
Chamé Buendía, pasó en junio último por Crespo y su presencia no fue
precisamente desapercibida. Los crespenses lo recordarán bien porque en la
presentación de su trabajo Last call/
Último llamado, que tuvo lugar en la sala municipal de esta ciudad
entrerriana, el actor y director jugó en más de una oportunidad con el
gentilicio: les dijo crespeños, crespenchis, crespuchis, crespos… y todos rieron
con sus ocurrencias.
Son las idas y vueltas de Míster
Piola quien aparece en escena detrás de un exagerado número de valijas,
difíciles de manejar, al interior de un aeropuerto delimitado y preciso por una
tela gigante que exhibe hangares, pista de aterrizaje, una vista de montañas y
en algún momento, aviones que se ven llegar o partir, responsabilidad de Jorge
Pastorino.
La obra es la historia de un hombre
que espera, que quiere viajar, que lidia con la burocracia y policía
aeroportuaria que siempre lo malentiende, que busca cómplices o adherentes a su
causa: “Queremos viajar”, gritó el público, llevado por su juego o batalla…
Todos los elementos escenográficos, van develando a lo largo de la obra, diversas sorpresas. En ese sentido, se observa un buen uso de
las tecnologías, no se reniega de ellas: se las aprovecha para potenciar un gag
o bien abrir una nueva secuencia.
Con unos gestos primero y luego
con una comunicación en inglés básico para llegar a su cometido, nos mete en su
odisea que empieza con un “check in” y no se sabe cómo, termina con un “I love
you”. La propuesta hace reír con ganas pero también plantea todo lo que se
cifra en un viaje.
Vale agregar que Last call es una producción del Teatro
Nacional Cervantes –condición que el propio actor y director se da el gusto de
ironizar a la hora de exhibir lo ínfimo o lo magnánimo de un truco o proyección
audiovisual.
La propuesta pasó por Entre Ríos y se agradece. Ahora siguió
su camino hasta Villa Mercedes y San Luis, donde se lo podrá ver el próximo viernes 19 y sábado 20 de junio, con entrada libre y gratuita. ¡Para aprovechar y disfrutar, no se lo pierdan!
fotos: Mónica B.
Gabriel Chamé Buendía o Mr. Piola en Last call...en medio del público, salteando butacas...
lunes, 8 de junio de 2015
Algunas imágenes del IX Festival Pensar con Humor (Córdoba 2015)
El escenario de Humor al toque, con El Trío Pecaminoso,
que invitaba a los ocasionales peatones a
trocar un chiste por una entrada a una función del Festival.
Los Amados (Buenos Aires) deleitaron al público en el Parque de las Tejas.
Un recorrido por la manzana jesuítica de la mano de la profesora
Stella Maris Cima y "Narciso Ibañez Mentol", acercó historias de
fantasmas del Teatro Real, leyendas y personajes del siglo XIX
y más recientes también, muy divertidos.
y más recientes también, muy divertidos.
La caminata incluyó la visita al archivo de la Universidad Nacional del
Córdoba y una exposición sobre periódicos de otro siglo.
El Negro Álvarez abrió el Festival en el escenario ubicado frente al Mercado Norte.
Una platea privilegiada lo aplaudió desde terrazas y balcones cercanos.
El humor político llegó con el espectáculo
"¿Y ahora?" de Ariel Taricco y David Rottenberg,
en un Teatro Real a sala llena.
Las Pérez Correa, dos payasas que se candidatean a presidentas de la Nación,
con propuesta y todo. Ellas hicieron reír en el Paseo del Buen Pastor.
A la cita no faltó la popular Doña Jovita y sus nietos músicos...
En el Museo Palacio Dionisi, se puede visitar la muestra
"Le Monde según Plantu" (Francia), que permanece abierta hasta el 14 de junio.
En esta exposición el humorista gráfico muestra sus caricaturas y viñetas
del Papa argentino, repasa episodios históricos como el bombardeo al
Palacio de la Moneda (Chile, 1973), la guerra en Medio Oriente o
el atentado a Charlie Hebdo, entre otros temas.
"Le Monde según Plantu" (Francia), que permanece abierta hasta el 14 de junio.
En esta exposición el humorista gráfico muestra sus caricaturas y viñetas
del Papa argentino, repasa episodios históricos como el bombardeo al
Palacio de la Moneda (Chile, 1973), la guerra en Medio Oriente o
el atentado a Charlie Hebdo, entre otros temas.
fotos: Mónica Borgogno
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