Vistas de página en total

martes, 19 de julio de 2016

Postales del 12º Festival de Teatro de Rafaela

 Escena de El grado cero del insomnio, de Wehbi (Buenos Aires) en la sala La Máscara.

Por el viaje sonoro de Monstruos que propone el Bineural-MonoKultur (Córdoba) en el laberíntico escenario de maquinarias viejas del Museo Municipal Usina del Pueblo, de Rafaela.


Valija, de Transhumantes Circo, que
se vio en la Carpa de Circo, con las divertidas peripecias de Darío Curti y Hugo Amado.









                                                 Apenas un instante de la desopilante historia que acerca La piel del poema de Ignacio Bartolone.



En Como el caracol, Hilario Vidal es Chicho Capucho, un tierno personaje que invita a reir y divertirse, sin necesidad de exaltar, gritar ni faltar el respeto al público, como suele verse en algunos espectáculos para niños, sino simplemente apelando al juego, ese que atraviesa todas las generaciones.
La plaza Eva Perón, uno de los lugares en la que se hizo, colmada.


Aquí... Rudy Guemes se lució con su Espectacular espectáculo, en la función que dio en la placita José Hernández.









En esta estampa del público, se refleja y sintetiza tal vez, el espíritu de este feliz festival o feliztival, como se lo denominó en esta edición.

sábado, 9 de julio de 2016

“El cruce”, última producción de Teatro del Bardo

Cuando los márgenes
se atraviesan y cuentan


Mónica Borgogno


El cruce es una obra coral, coreográfica, musical. Los tres adjetivos bien le caben.

Distintas voces y relatos se escuchan, ven y viven. Los actores de este nuevo trabajo de Teatro del Bardo, Juan Kohner, Toño López y Andrés Main, se desdoblan en personajes queribles que habitan un margen, no importa cuál, salen de una orilla descuidada y perseguida, ansían otra orilla, otro horizonte tal vez. Y entonces los actores se salen de las composiciones que hicieron de unos increíbles Francis, Paulo y Berger, para relatar una y más historias, cantar, bailar. Son actuaciones pregnantes, de esas que interpelan, que atraen y que no necesitan escenografía, porque con estos actores uno ve el ranchito cascoteado y quemado, un camino rojizo y largo por el que corren, un río que espera ser atravesado, la selva y sus cuentos.

Es que la obra que se acaba de estrenar este viernes 8 en la Carpa de Teatro y Circo La Moringa, parte del cuento El cruce de Sebastián Borkoski, un joven y prolífico escritor nacido en Misiones y de relatos de Horacio Quiroga. Valeria Follini es quien los hilvanó y Gabriela Trevisani, la responsable de la dirección. Es el primer trabajo como directora de esta conocida actriz de Teatro del Bardo y se lució. El espectáculo tiene detalles e imágenes de su fina y precisa mirada, siempre atenta al aporte de los otros. Al leer la ficha técnica uno puede ver la valía de tantos ojos y disciplinas conjugadas en este trabajo, pero también en esas instancias de preestreno con otros espectadores y directores capaces de señalar, cuestionar o celebrar, que supo hacer y valorar Trevisani acaso para asegurarse el resultado que finalmente se vio: aplauso prolongado, risas contagiosas, celebración del buen teatro.

Fotografía de Felipe Toscano
Cuando uno entra a ver El cruce, entra con una foto y una semillita de regalo. Por la misma puerta también entran luego los actores que se acercan a los espectadores con una consigna sencilla, con un ánimo y una cantina al costado que invitan a distender. Y la obra relaja y de a poco uno empieza a reír del juego de los actores, a meterse en esas historias que recuerdan y vivencian, y a disfrutar de la repetición de una escena, cuasi cinematográfica, que potencia su sentido e impacta doblemente sobre el espectador, o bien de su contrario, el congelamiento de un momento que descoloca o ubica al que mira y ríe, para que piense en todos esos entrecruzamientos de sentidos que de manera compleja y amena a la vez, propone esta obra.

El espectáculo se completa con el trabajo en luthería y objetos a cargo de Jani Toscano y la asistencia coreográfica de Juancho Capurro que merecen una mención especial, uno porque sorprende y permite la magia de sacar música de un rifle, un tacho o una tabla de lavar, el otro porque colabora en impresionar y hacer hablar a todo el espacio.

Así, aquella semilla que ofrenda El cruce, seguro germinará pronto en más espectadores que irán en busca de las emociones e imágenes que aquí se comparten o tantas otras que cada uno pueda imaginar.

lunes, 13 de junio de 2016

La Teatral y un nuevo espacio para reencontrarse

Entre el 6 y el 8 de mayo pasado se hizo en Paraná la presentación en sociedad del Foro de Teatro Paranaense, un colectivo que viene desde principios de año, reuniéndose y charlando de un amplio abanico de preocupaciones comunes. Estas reuniones, abiertas y en lugares diferentes de la capital de Entre Ríos, tuvieron entre sus primeros impulsores al director teatral Lito Senkman, suerte de catalizador de las distintas inquietudes, que propició al final de este nuevo festival, un sentido homenaje a su trayectoria, a pocos días de su desaparición física.
El Foro, cuya suerte se forja semana a semana, en discusiones e intercambios de informaciones, datos, opiniones referidas al campo teatral local y nacional, está actualmente integrado por una quincena de artistas y gestores destacados y emergentes del quehacer teatral regional que, hay que decirlo, recibieron acompañamientos significativos de las áreas de Cultura de la Provincia y de su similar y de Turismo de la ciudad, de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, y de importantes invitados que mantuvieron una intensa agenda.
El eje de la propuesta bautizada La Teatral- Paraná a escena, pasó no obstante, por la presentación de cinco producciones -distinguidas y premiadas en los últimos tres años- en el Teatro Municipal 3 de Febrero, a lo que se sumó un público ávido, que supo acercarse a cada una de las actividades programadas.
Ya en la media tarde del viernes, el profesor universitario e investigador Jorge Dubatti, invitó a introducirse en tema con una conferencia de alto nivel académico, bajo el título de Elogio del teatro.
En el auditorio “Walter Heinze” de la Escuela de Música, Danza y Teatro Profesor Constancio Carminio, Dubatti amenizó su disertación con numerosos ejemplos provenientes de la Escuela de Espectadores que coordina en Buenos Aires hace más de una década. A la vez que nutría su charla con citas, referencias bibliográficas, anécdotas propias y conceptos de la más actualizada teatrología, hizo tentar de risa a más de uno con su didáctica y sus jugosas observaciones.
Una numerosa platea integrada por alumnos y algunos docentes del Profesorado en Teatro que se dicta en la institución y en Gualeguaychú, artistas y espectadores generales, aprendió, rió y lo aplaudió con ganas, sabiendo que al día siguiente este Dr. en Historia y Teoría del Arte (UBA), dictaría en el mismo lugar y después de la hora del almuerzo, un seminario intensivo referido a las Políticas del espectador.

Viernes
La primera obra que se pudo apreciar fue Jacinto Rojo, una creación del reconocido  Teatro del Bardo, dirigida por Valeria Folini, que encantó a los presentes, y ya fue disfrutada en La Pampa y otros escenarios.
El espectáculo muestra buenas actuaciones de Nadia Grandón y Walter Arósteguy, y una concepción global con ritmo, humor y reflexión. Siguiendo a Dubatti, podría decirse que la propuesta se planta desde una liminalidad por demás de atractiva, ya que parte casi de la tradición del teatro-foro, escogiendo de partícipes a algunos integrantes del público, para adentrarse en la historia de la configuración de la patria, las ideologías alternativas acariciadas por el anarquismo y el socialismo, y un juicio de final abierto, que cuenta activamente con la colaboración-acción de los espectadores que subieron al escenario mayor.

El espectáculo, cuidado, pulido y emotivo, cuya dramaturgia no tradicional es responsabilidad de Folini y Grandón, fue muy alabado por los críticos -Julio Cejas, Roberto Schneider y Carlos Marín, especiales convidados de este primer Festival- y por una platea que disfrutó tanto la producción independiente, como su elección para la apertura de La Teatral.
Es imposible no reparar aquí en la inclusión de uno de los acostumbrados murciélagos que habitan la sala principal de Entre Ríos, desde hace más de ciento sesenta años, interviniendo en la evolución de la acción. La destreza de la pareja de actores permitió sobrellevar la presencia del invitado sorpresa –que en este caso no sobrevoló sino que caminó el escenario-, integrándolo al juego de la representación y encontrando en él, un ayudante o colaborador por demás de dócil y pregnante.
Frecuente son esos accidentes en el viejo edificio del teatro, lo que hace sospechar de una sobreabundancia de mamíferos nocturnos en los altos inexpugnables de las cuerdas y los arácnidos, a los que las autoridades deberán atender en un futuro no lejano.
En la segunda función del primer día, tuvo lugar la función de Criaturas, el clásico de Alberto Adellach, re versionado con dirección de Juanqui Izaguirre.
En este caso, se trató de un trabajo que permitió también el lucimiento de sus jóvenes intérpretes (Maximiliano Boyero, Diego Tórtul), y de la música que aportó Paulina Alfaro, como gran creadora de atmósferas.
La pieza cuenta no sólo con las cualidades y destrezas de los actores, tiene el hallazgo de mostrar los contrastes de dos cuerpos: uno rubio y melenudo, el otro morocho de pelo corto, pero ambos con igual e increíble nivel de despliegue físico y lúdico.
En el marco de las mesas de devoluciones junto a críticos de la región, Juanqui Izaguirre señaló que el texto invitaba a una propuesta de juego físico y tierno a la vez. También recordó que junto a Diego Rodríguez, él había atravesado esta obra pero como actor, entre 1996-1997, con dirección precisamente de Senkman.  

Sábado


El sábado, tanto los desmontajes, como el seminario de Jorge Dubatti, la charla de Marcelo Allasino
Concurridas mesas de devoluciones, en un marco
de respeto y horizontalidad pocas veces visto.
con parte de la comunidad teatral, y las obras La luna y el otro, del grupo Patatas Patas XL, y Un eco más, del grupo Metamorfosis, continuaron convocando a cientos de interesados y artistas en diálogos.
La propuesta primera, se llevó diferentes comentarios y aplausos sobre el escenario del Teatro Municipal. Prevista para una platea reducida, cerca de veinte espectadores debieron seguirla de pie, lo que generó algunas protestas, y tal vez fue uno de los pocos desaciertos de la organización que se vio un poco superada.
Sin embargo La luna y el otro, trabajo dirigido por Silvina Fontelles y actuación y manipulación de objetos a cargo de Pola Ortíz, Victoria Roldán y Sergio Trevisán, mantuvo en vilo a los espectadores. Es que la obra tiene momentos muy plásticos y poéticos, objetos fina y minuciosamente perfilados, y un relato simple que va del nacimiento de un hijo, sus cuidados, luego su pérdida, la lucha por encontrarlo y la recuperación, que la tornan conmovedora por todas las resonancias que trae aparejadas. Es una puesta en escena distinta, atractiva, que explora un diafragma de novedosas notas, texturas y colores. La pieza tal como está concebida, obliga al espectador a meterse en el mundo de esos pequeños objetos animados por los actores y así padecer o celebrar las vivencias de sus personajes.
A continuación se vio la versión de Antígona dirigida por Nadia Grandón y Oscar Lesa, en la que confluyen ideas en torno a los autoritarismos y matanzas sobre geografías de tinte latinoamericano. Es un bello y significativo espectáculo, especialmente potenciado, como ocurriera en Salta el año pasado, en un espacio de mayores dimensiones a las de su propia sala ubicada en Alameda de la Federación. Los desempeños actorales, el trabajo del músico Ariel Dutria, el vestuario de Andrea Fontelles, volvieron a golpear a los espectadores desprevenidos, con una producción que, además de la emoción y los aplausos en el “primer coliseo”, se ganó el elogio del director del INT, Marcelo Allasino, quien entre otras cosas señaló que esta obra debería integrar la grilla de próximos ciclos de Teatro x la Identidad.
Se trata de una puesta que concentra varios méritos. Tal vez el mayor, sea esa doble desnudez que propone, la de los cuerpos de mujeres acribilladas o colgadas y la de las palabras, tan al natural, tan íntimas, tan personales, tan únicas, tan de las vidas de las mismas actrices que exponen fragmentos de sus historias de manera cruda y bella a la vez, para que interpelen y conmuevan.

Al maestro, con cariño
Esperado homenaje a Lito Senkman.
El domingo a las 20, actores, artistas plásticos, funcionarios, amigos, familiares de Lito Senkman, se llegaron hasta hall de ingreso a la sala mayor y lo colmaron. A esa hora estaba previsto el homenaje y agradecimiento postrero de toda una comunidad, al gran director teatral. Dichas presencias, le imprimieron más emoción aún a esta despedida y tributo al realizador, fallecido prematuramente a comienzos de este año.

Sentidas palabras de Juan Carlos Gallego, Gustavo Bendersky, Juanqui Izaguirre y Jorge Ricci, completaron una semblanza cargada de emoción y recuerdos, que fue la antesala precisa para una de las últimas producciones de Senkman en la ciudad: el montaje de Un hueco, de Juan Pablo Gómez, con las buenas actuaciones de Gallego, Pedro Peralta y Raúl Eusebi.
El elenco se lució con un más que interesante texto dramático, que aportó humanidad, conflicto y acción, también para una platea reducida en el propio escenario, pero en posición inversa a la de La luna y el otro. Esta acertada decisión, que otorgó profundidad en el espacio y en la carnadura de los personajes, también alcanzó altura en las interpretaciones y en el mágico lugar escogido. Conmovidos, a su término, muchos de los presentes abrazaron a los artistas, acaso en una de sus mejores noches interpretativas.
Así, el Foro de Teatro Paranaense, agrupó diversas inquietudes y manifestó, en su variedad, una iniciativa poderosa que, como señaló El Diario, tiene mucho más por delante, para brindar a la comunidad toda.
La producción de un ambicioso evento inédito en la región, la ejemplaridad de una austeridad cierta y una amabilidad acorde, el respeto y a la vez la voluntad de intervenir en el panorama cultural local y nacional, “demostraron la madurez” de los agentes del campo teatral de la ciudad, al decir de Carlos Marín, y el compartido deseo de proseguir actos contundentes, como los de la primera edición de La Teatral - Paraná a escena.

Muestra
El periodista Julio Cejas (Rosario 12).
Más de cuarenta fotografías de obras teatrales locales, desde los años ’50, dieron cuenta de la vitalidad y tradición del teatro independiente en Paraná. La gran exposición, que acompañó en el hall del Teatro 3 de Febrero los tres días del festival, prolijamente curada y organizada por integrantes del Foro, robó recuerdos de viejos y nuevos espectadores, así como remitió a importantes espectáculos de las últimas décadas.



miércoles, 27 de abril de 2016

Del 6 al 8 de mayo, Paraná es sinónimo de teatro

Desde hace unos meses se constituyó un Foro de Teatro Paranaense, con el simple objetivo de charlar como se hace precisamente en un foro, sobre problemáticas e inquietudes comunes y siempre bajo una modalidad horizontal, abierta a todos, democrática
Quienes hacemos la revista LA OTRA BUTACA, participamos activamente de este Foro junto a otros tantos colegas de distintos grupos de teatro de la capital entrerriana. Varios empezamos a juntarnos, reunirnos, debatir y pensar en el teatro que queremos hacer, mejorar, contagiar. Así fue que organizamos el Festival La Teatral-Paraná a escena que se realizará del 6 al 8 de mayo.
Desde este Foro hemos diseñado una agenda de actividades abiertas al público, que incluye cinco obras de teatro e instancias de formación como charlas abiertas, un seminario, mesas de desmontajes, una muestra colectiva de fotos de distintas épocas y grupos, y un especial homenaje al director Lito Senkman, recientemente fallecido.
La propuesta comienza el viernes 6 de mayo a las 18 en el Auditorio Walter Heinze de la Escuela de Música, Danza y Teatro Prof. Constancio Carminio de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (UADER), con la charla “Elogio del teatro”, a cargo de Jorge Dubatti.
Cabe agregar que Dubatti es Doctor en Historia y Teoría del Arte (UBA), docente universitario, crítico e investigador teatral, y uno de los teatrólogos contemporáneos de habla hispana más influyentes.
En el hall del Teatro 3 de Febrero, se podrá apreciar un stand de publicaciones afines y una muestra fotográfica que recupera imágenes de puestas locales de diversas épocas y grupos e incluye un espacio especial para las obras y elencos dirigidos por Lito Senkman.
Hacia las 20 y a las 22 hs. habrá funciones en el Teatro Municipal 3 de Febrero cuya entrada se fijó en $50. Primero podrá verse Jacinto Rojo (Teatro del Bardo) y luego, la obra Criaturas (Los Macanos).
En tanto la programación del sábado comienza a las 10 hs. Por espacio de dos horas, a las 10 y en la sala de Arteatro (Tucumán 378), se desarrollará una rueda de desmontajes de los espectáculos Jacinto Rojo y Criaturas que contará con la participación de periodistas, investigadores, críticos invitados como Julio Cejas (Rosario 12), Larisa Rivarola (Asoc. Arg. De Investigación y crítica teatral- Aincrit, Buenos Aires), Aldo Pricco (Asociación Teatro Comparado, Rosario), Roberto Schneider (El Litoral) y Carlos Marin (El Diario). Modera: Mónica Borgogno (Revista La Otra Butaca).
La jornada continúa de 13 a 16 con el seminario “Políticas del Espectador”, dictado por Jorge Dubatti, en el Auditorio de la Escuela de Música. Aquí, el docente se detendrá especialmente en su experiencia en la Coordinación de la Escuela de Espectadores de Buenos Aires y acercará su mirada sobre las piezas Jacinto Rojo y Criaturas.
A las 17 en el Foyer del Teatro 3 de Febrero está prevista la charla abierta a la comunidad teatral local, junto al actual director del Instituto Nacional del Teatro, Marcelo Allasino.
Hacia las 20 en el Teatro Municipal 3 de Febrero habrá función de La luna y el otro (Patatas Patas XL) y a las 22 se verá Un eco más (Metamorfosis).
El domingo 8 de mayo, de 10 a 12, en la Sala Arteatro (Tucumán 378) se concretará nuevamente una Charla - Desmontaje a los espectáculos La luna y el otro y Un eco más
Cerrando la última jornada, a las 20 en el Foyer del Teatro 3 de Febrero se realizará un Homenaje a Lito Senkman y un descubrimiento de una placa en su nombre.  Mientras que a las las 21 en la Sala Mayor del Teatro se presentará la obra teatral Un hueco con dirección del recientemente fallecido director teatral.
No se pierdan esta oportunidad de aprender, disfrutar y ver teatro. En facebook de FORO DE TEATRO PARANAENSE van a encontrar más información sobre cada una de las obras. Aquí les dejamos una invitación especial: 


martes, 1 de marzo de 2016

Homenaje

El pasado 2 de febrero, falleció en la ciudad de Paraná el director teatral Lito Senkman. A modo de homenaje, a un mes del hueco que dejó su partida, compartimos aquí unas palabras del director de La Otra Butaca

Muchos, sino casi todos los trabajadores de las artes escénicas de la ciudad, estábamos estrechamente vinculados con Lito Senkman. Era difícil no estarlo, durante las últimas tres décadas. Aún los que, como en mi caso, llegáramos a él con algunos años demorados, y nos veíamos tal vez lejanos a las propuestas y búsquedas que desandaba con el Elenco Rotativo de la Universidad Nacional de Entre Ríos, habríamos de cruzar nuestras órbitas. Pero sospecho ahora que los más privilegiados fueron los que con Lito trabajaron, ensayaron, produjeron.
La muerte acaso a todos nos enaltezca, pero en el caso de Lito su don de gente, su sonrisa casi siempre abierta, adquieren ahora que no está, una dimensión particular, y como en los casos de esas personas que nos enorgullece su trato, nos hacen conocer el dolor de esta pérdida irreemplazable, como bien definió Juan Carlos Gallego.
Director teatral – uno de los pocos que quedaban de su generación, uno de los mejores-, maestro de actores, figura insustituible para conocer y comprender muchísimos aspectos del teatro argentino de las últimas décadas, el teatro entrerriano acaso le deba un justo reconocimiento. Pero claro que a Lito no le interesaba demasiado ello, si bien los vimos alegre y feliz casi siempre, y en especial cuando le comunicamos que nuestra propuesta para proponerlo como Premio a la Trayectoria al Teatrista de Provincia, en el Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano, había sido aceptada. Como signo de lo que dijo antes, Lito se excusó entonces de no poder recibir su plaqueta en Buenos Aires, y pidió que la recogieran por él. Esta fue una de las veces en que se lo intentó mimar en un plano nacional, como reconocimiento a su fecunda labor.
Fundamental, Lito Senkman, también, como promotor y como formador de una generación de actores (y directores) vernáculos. Pero ya desde el final de su adolescencia, había ingresado al teatro argentino como actor, por la puerta de la innovadora primera versión de En el andén, de Ernesto Frers, que dirigió a mediados de los ‘60 en Paraná el notable autor santafesino Carlos Pais. Desde entonces se preocupó seriamente por su formación artística, escogiendo siempre para estrenar (en Paraná, Santa Fe o Rafaela) un repertorio movilizador, con lo mejor de la dramaturgia contemporánea. Sus puestas de Griselda Gambado, Hugo Sacoccia, Alberto Adellach, Mauricio Kartún, Rafael Spregelburd, Tito Cossa, Patricia Suárez o Marco Antonio de la Parra, entre decenas de autores, producían el milagro y convocaron miles de espectadores.
Se reía o ponía burlón cuando uno ponía a “los artistas” por encima de las de otros oficios, y había elegido ser austero, sencillo, honesto, franco, humilde y de gran sensibilidad.
Los espectáculos que dirigió desde fines de los ochenta en Paraná, fueron muy diferentes, no pocas veces novedosos, aunque desde el menemato, sus maneras habían ido tomando una tendencia de gran despojo escénico. Siempre dispuesto a acompañar, desde presentaciones de libros hasta mesas de charlas donde encontrarse con colegas.
Quedará en la voluntad y el deseo de sus discípulos y alumnos, el no claudicar en sus búsquedas, el no olvidar aprendizajes realizados.






martes, 9 de febrero de 2016

Crónica de Centroamérica

II Encuentro “Teatro y Memoria” en El Salvador

Alejandro Finzi


Entre el 14 y el 20 de enero de 2016 se desarrolló en San Salvador este Encuentro que, en palabras de la teatrista Jennifer Valiente, busca proponer a la sociedad salvadoreña, desde la práctica teatral, una instancia de reflexión sobre la historia y su relación con la escena de su país. En efecto, el primer Encuentro estuvo dedicado a la guerra que esta nación sufrió entre 1980 y 1992  entre las Fuerzas Armadas del Estado y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. El extenuante y luctuoso conflicto concluyó hace hoy veinticuatro años, cuando se firmó el Acuerdo de Paz de Chapultepec, dejando atrás una República devastada. Un país que, siendo unos de los más pequeños de América Latina, es uno de los más ricos por su exquisita tradición cultural y sus aportes artísticos contemporáneos que se traducen en nombres como los del pintor y escritor Salarrué; el más grande caricaturista latinoamericano del siglo XX, Toño Salazar; los poetas Claudia Lars y Roque Dalton.
Jennifer Valiente dedicó la primera edición del Encuentro, en 2015, a la relación entre el espacio bélico por el que transitó El Salvador en el siglo XX y la dramaturgia, proponiendo la lectura de obras de tres autores cuya producción germina en las tablas en años recientes. Este segundo Encuentro, apelando siempre a la Memoria y su visibilidad en el ejercicio teatral, fue dedicado a Consuelo Suncín, con el montaje de tres obras, un Conversatorio y la presentación del libro “Cicatrices de la memoria”.
Toda la programación del evento se desarrolló en el Teatro Municipal de Cámara “Roque Dalton” (de “cámara” no tiene nada, posee 270 butacas) que dirige la actriz y directora Rubidia Contreras, quien me hizo conocer del valor y significación del quehacer teatral durante el período bélico (muchos puntos de contacto surgen entre aquella experiencia y la que vivió nuestro país durante los años 1976-83).
El primer espectáculo fue una adaptación de “El Principito” llevada a escena por el grupo “Cuenterete Teatro”, con la dirección de Francisco Ramos, ilustre teatrista salvadoreño radicado en Santa Tecla y con una trayectoria escénica vinculada desde hace décadas con la pedagogía. Su montaje, que resultó ser hogar de diferentes técnicas escénicas, sobresale por su calidad visual y las eficaces soluciones plásticas que encuentra en la manipulación de muñecos y objetos.

El segundo espectáculo fue “Un volcán sobre los techos de París”, una co-producción de Ka-Théâtre y La Galera Teatro con texto y dirección de  Christine Matos. La obra, cuyo título recuerda la expresión con la que Germán Arciniegas se refería a Consuelo Suncín, relata la vida sentimental de quien fuera esposa de Saint-Exupéry, revelando las alternativas de ese universo íntimo, bien lejos del retrato que habitualmente se da a conocer del autor de “Tierra de hombres”. La obra es interpretada, con absoluta entrega, por Linnet Luján y por René Lovo, dos actores de destacada trayectoria en su país y el exterior.
(foto de Mauricio Sánchez)
El Conversatorio, que tuvo lugar el 14, día de la apertura, reunió a los artistas participantes, en un diálogo muy rico e infrecuente, por lo despojado y esclarecedor. Todos los presentes abordamos nuestras diferentes profesiones teatrales evocando los espacios de conflicto cotidiano que debemos afrontar. Jennifer Valiente contextualizó los términos de la conversación, reflexionando sobre el sentido y los alcances  de la Memoria en nuestras búsquedas estéticas. Su fecunda experiencia en el teatro comunitario junto al TIET se hizo aquí patente: los latinoamericanos tenemos un territorio común para nuestras prácticas. Lo sabemos, claro está, pero cuando una instancia de reflexión tan valiosa como la que se produjo en este Encuentro queda abierta, volvemos a interrogarnos sobre el sentido y alcance de nuestros oficios.


La ocasión de la presentación del libro, el 15 de enero, reunió a tres de los más importes dramaturgos nacionales en un diálogo donde cada uno revelo sus procedimientos, motivos y búsquedas escriturales. El volumen reúne “Las Voces del tiempo”, de Jorgelina Cerritos, “Butacas trémulas” de Santiago Nogales y “Ninpha o estudio entrecortado sobre lo que sueñan las cigarras”  de Jennifer Valiente. Los tres textos, de  sólida factura, están atravesados por la palabra poética, la calidad de los cruces compositivos y de indagación textual, lo que hace visible la  relevancia de la dramaturgia salvadoreña en el concierto de la teatralidad latinoamericana. El TIET, organizador de los dos Encuentros, con la edición de este libro, sin otro apoyo que su entusiasmo y convicción, abre el camino para que descubramos a tres estupendos autores.


El consuelo de la memoria
Luis Alvarenga

Encontrarnos con una mujer excepcional, libre, valiente, en los momentos previos a su muerte es algo que se logra en la pieza de Alejandro Finzi, El último viaje de Consuelo Suncín. La puesta en escena tuvo lugar en enero, en San Salvador, a cargo del Taller Inestable de Experimentación Teatral, TIET, dirigido por la dramaturga Jennifer Valiente.
Si no teníamos ni remota idea de quién era Consuelo Suncín, de su fuerza como mujer, de su vida como artista -que es más rica que su matrimonio con Saint-Exupéry-, la pieza de Alejandro Finzi no sólo nos da una idea, sino que nos mueve y conmueve como espectadores. El drama está planteado desde varias perspectivas que se conjugan: la de un escritor que está en plena labor de hacer una obra sobre la agonía de Suncín -que recurre a la técnica del distanciamiento para hacernos consciencia de que está escribiendo el texto en ese instante y que interpela a la propia directora del elenco teatral para hacerle indicaciones sobre la puesta en escena- ; la de la propia autora, que está prisionera en el sanatorio, presa de una enfermedad pulmonar que está minando su vida y la de las dos enfermeras que la atienden, que la ven como una paciente problemática, de procedencia incierta y de ocupaciones raras.
Consuelo Suncín emprende su último viaje desde la inminencia de la muerte, lugar desde el cual puede ver las cumbres y los abismos de su vida. El consuelo de la memoria ante la inminente desaparición del todo, que se hace más nítida a medida que la nada avanza, pero que al final, como ocurre con Consuelo, ofrece un vuelo liberador.




                                                               
                                                              

jueves, 19 de noviembre de 2015

Seminario Iberoamericano de Dramaturgia Creativa

Bajo la coordinación general de Mauricio Kartún, tuvo lugar el Seminario Iberoamericano de Dramaturgia Creativa, que se dictó en tres intensas jornadas en el Centro Cultural Kirchner, entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre pasado. Al encuentro asistió un total de 500 participantes. De a poco, iremos compartiendo parte de lo registrado en cada una de las clases.

La primera conferencia –clase fue la del uruguayo Gabriel Calderón.  Como bien anticipaba el título de su charla "Escribir leyendo - Lo que aprendí de la dramaturgia leyendo teatro", este talentoso autor y director repasó diversas lecturas que resultaron fundacionales para crear. “Sabía de teatro, de actuación, pero no sobre escritura. Gané premios con mis textos pero siempre creía que había un malentendido… siempre tuve desconfianza en la escritura y la vi como una plataforma que corrigen los actores. Los errores y el conocimiento de ellos, son importantes”, comenzó.
De su recorrido como lector se fueron desprendiendo sus propios aprendizajes, conclusiones o metodologías a la hora de escribir. Mencionó desde El zapallo que se hizo cosmos, de Macedonio Fernández, el aporte del brasileño Nelson Rodríguez o del francés Bernard-Marie Koltés. De este último leyó un fragmento de La vuelta al desierto, para ejemplificar el agotamiento de un concepto, acaso también como posible método que despunte una escritura.
Más adelante Calderón parafraseó a Thomas Bernard, cuando propuso llevar todo el asco a la obra y no, la mitad.
Asimismo, propuso empezar a entrenarse en el espectador de hoy, en un espectador interrumpido. La novela luminosa de Levrero, fue otro de los textos citados como una de sus lecturas reveladoras al igual que Harold Pinter o Luiggi Pirandello, autores que “le asignan poder a la palabra pero poder para la acción. Los personajes de Pinter, por caso, dicen, piensan y hacen no necesariamente en relación entre sí. Por ejemplo, un personaje dice “qué sed” pero hay un vaso de agua y no toma”.
Para cerrar, eligió un texto de su coterráneo Felisberto Hernández, en el que el autor cuenta la génesis de sus cuentos. “…A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma”…