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viernes, 26 de julio de 2019

Un festival que ni Dios puede parar


M.B./G.M.

Como un faro, el Festival de Teatro de Rafaela iluminó y anunció la larga vida que tiene por delante. Pasó su décimo quinta edición ininterrumpida, con gran acompañamiento de público –más de 16.500 espectadores-, artistas y prensa especializada. Con su acostumbrado formato y perfil, y siempre con novedades, el habitual recreo invernal santafesino congregó durante seis intensos días, en la Perla del Oeste, debates, encuentros e inolvidables obras.
Fueron experiencias y exploraciones liminales, y toda una ciudad movilizada y tomada por el circo, el drama y la comedia. Ocurrió así, un festival imparable, como rezaba el eslogan de este año.
Por segunda vez, un colectivo de artistas rafaelinos se encargó del desfile inaugural y el comienzo del festival en las calles. Fue el preludio a los discursos formales en el Cine Teatro Belgrano, de los responsables de los tres principales organizadores: la Municipalidad, la Provincia y la Nación.
Volare, de Ariel Falchini, Pablo Pellegrinet y Jorgelina Sabena, ofreció un despliegue que se diferenció de anteriores aperturas, en el adoquinado Boulevard Santa Fe, con DJ de música electrónica que esta vez contó con la participación de estudiantes de la Escuela Municipal de Teatro.
En tanto luego, se oyó con atención al director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro (INT) Marcelo Allasino, a la ministra saliente de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González y a Luis Castellano, recientemente elegido por tercera vez para conducir los destinos de la comarca anfitriona.
Como el año pasado se habló en los medios nacionales de este Festival a partir de la polémica que generó en las redes sociales, la foto de apenas un fragmento de la obra Dios, de Lisandro Rodríguez- Norberto Laino, en medio de la discusión nacional en torno a la legalización del aborto, Allasino, gestor fundacional de este encuentro, aprovechó la ocasión para traer a colación su reflexión. Recordó no sin pesar, “la ola de reacciones tan intolerantes como fanatizadas ... no sólo de algunos medios de comunicación, sino también de algunas autoridades de gobierno”, cuestionó al tiempo que compartió una sentida expresión de deseo:Ojalá el teatro que veamos en estos días, nos invite a sensibilizarnos ... nos ayude a cambiar...  A transformar el miedo en calma, el odio en amor”. En suma, soñar con otro mundo posible.
Leonardo.

Al rato, Leonardo. Trabajo Práctico Nº 1, de Gerardo Hochman, sensibilizaba y nos transformaba. Es una propuesta que regala una suerte de poesía visual en torno al multifacético Da Vinci –en este año se recuerda en todo el mundo los 500 años de su muerte-, sus descubrimientos, artes y estudios. La obra deja ver cuerpos como máquinas que deslumbran por la agilidad y la belleza de las acrobacias y escenas. Una puesta visual, fotográfica y coreográfica, al decir de su reconocido director, que explora y explota todas las máximas y afirmaciones del genio del Renacimiento.

De lo mejor
Romance del Baco y la vaca (fotos de G. Conti)

Escena de VOS (Córdoba)
Hubo un puñado de espectáculos que, como todos los años, quedarán en la memoria ya sea por su calidad o los universos que instauraron. Difícilmente los públicos que asistieron al Romance del Baco y la vaca (Buenos Aires), a la Versión Original Subtitulada (Córdoba), a Quiero decir te amo (San Martín de los Andes) en La Máscara, el Lasserre o el Viejo Mercado, olviden esos encuentros maravillosos con esas historias, una por hilarante, otra por romántica, otra por amorosa y poética, por caso. Pero no fueron estas las únicas obras que impactaron de lleno en los corazones. Propuestas como las de El río en mí, Pobre Daniel, La verdad de los pies, Bufón, y Terrorismo emocional, también se destacaron en esta programación que tuvo la curadoría de Gustavo Mondino.
Las actrices de Quiero decir te amo.
En Romance del Baco y la vaca, de Gonzalo Demaría se asiste ya desde el título, al humor, al verso, a la música y a la conjunción del talento tanto de su protagonista, Marco Antonio Caponi como de Daniel Casablanca, responsable de la dirección. Así el Baco, personaje inscripto en la tradición de la gauchesca primitiva – en cierto diálogo con el Martín Fierro, puesto que resulta igual de atrevido, marginal y prófugo de la justicia-, desanda su desopilante historia de amor y aventuras. La escritura en rima en la dramaturgia contemporánea, es preciso decir, resulta una rara avis, y también acá muy efectiva. Esa extrañeza y ruptura con la linealidad del relato, al igual que la música con un instrumento de cuerdas y lata -duro como el heavy metal distorsionado - y el signo de un gaucho más bien gringo o del far west, generan un atractivo extra. Por otra parte, la conducta lactante del guacho, devenido enamorado, es tan inagotable como convincente, aunque resulte un epifánico delirio.
V.O.S., la Versión Original Subtitulada de El cuenco, propone en su comedia romántica un juego teatral en el que se lucen los trabajos de Ale Orlando, María Belén Pistone, Maura Sajeva, Gastón Mori y el director Rodrigo Cuesta. Sus encantos no fueron solamente disfrutados en Rafaela, sino que llegaron a las subsedes de Ataliva y Suardi, donde la gente colmó las salas.
Quiero decir te amo, de Mariano Tenconi Blanco y con fina dirección de Juan Parodi, continúa su tránsito por festivales nacionales e internacionales. Con un reemplazo respecto a la puesta que disfrutamos en la Fiesta Nacional de Mendoza, Jorgelina Balsa y Malena Rago siguen emocionando, epístolas mediante, con los detalles de una relación pasional y un erotismo que deja a los espectadores erizados. A poco de abrirse la venta de entradas, los organizadores contaron que se habían agotado las butacas de las tres funciones previstas.
También pasaron y no precisamente inadvertidas, las cordobesas La verdad de los pies, y Bufón, dos piezas que sorprenden, incomodan y denuncian con poesía y humor en iguales dosis. Sobre ambos trabajos hemos dedicado varias líneas en otros números de  esta revista (VER Número 18, diciembre de 2017, página 5).
El río en mí, de Francisco Lumerman y Pobre Daniel, de Santiago Gobernori, con sobresalientes composiciones de Manuel Attwell, Julián Cabrera y Laura Paredes, fueron otras dos puestas notables.

En el primer caso, las interpretaciones de Claudio Da Passano, Mercedes Docampo, Malena Figón y Elena Petraglia, son la principal carnadura de una escena despojada, que no sólo denuncia la industrialización y la alteración de la naturaleza, en particular, de ese río que ruge a diario y los atraviesa en su cotidianeidad, tanto que los enloquece. 
El río en mí.
El texto dramático pero además, la puesta en sí, evidencia un juego de luces y distancias que demarca territorios y escenas más que significativas y deja al espectador la reflexión a cerca de quién es el más loco o el más malo de todos en cualquier sociedad. En tanto en el trabajo de Gobernori, se esboza una especie de tragicomedia en torno a la salud mental, el miedo y el vínculo entre los tres personajes, también con una escenografía mínima, ironía y un modo único e increíble de recrear y comprender la cabeza y el razonamiento de quien padece el mundo.
Deserto (Rafaela).
Pobre Daniel, de Santiago Gobernori.
Con la inclusión de Deserto, en tanto, se sumó más color local de calidad. Es una producción de danza teatro rafaelina que sorprendió por la osadía de mostrar con los cuerpos de jóvenes artistas y sus minúsculos movimientos, eso de lo que no se habla, la sexualidad, el deseo, la piel, el erotismo, las violencias. La escena de una mujer corrigiendo al oído de un varón, uno de aquellos pequeños movimientos acaso para su goce, fue estremecedor. Pues esa composición parecía poner patas para arriba, hacer trizas las enseñanzas y legados del patriarcado tan instalado.

La Moringa

Furufuhué (Foto de M. Borgogno.)
Todos los años, el Festival habilita una carpa para espectáculos pensados para toda la familia. Esta vez, se montó la gran carpa de La Moringa (Entre Ríos) que albergó entre otros, espectáculos como Furufuhué, la leyenda del viento y Resonar -de la ong Circo del Sur de clara visión y formación social-, dos preciosos espectáculos de Buenos Aires. En el primero, las actrices van descubriendo y recorriendo distintas leyendas en busca de una en particular, la de un pájaro pez. Es un viaje de aventuras con contratiempos y tonadas de cada lugar, que es más que gracioso, musical y tierno, merced a los méritos de las tres actrices, clown y músicas: Julieta Filipini, Tatiana Emede y Denise Quetglas, que dirige Martín Pons.

En el segundo, los cirqueros proponen una vuelta a la cajita de música o en todo caso, a la magia y encanto de la música. Todo el elenco en su conjunto –Florencia Montaldo, María Fernanda Podestá, Pablo Holgado, Martín Ruiz y Pablo Censi- da cuerda y mueve una ingeniosa maquinaria musical y exhibe un sinnúmero de destrezas y humor con las que van desarrollando una historia simple y atractiva que chicos y grandes supieron aplaudir.
Diversos momentos de Resonar (fotos de M. B.)
El trabajo encierra –como quedó dicho en las devoluciones- cierta reflexión en torno a cuestiones de género, pues la bailarina protagonista parece liberarse de la femineidad de un traje con corset, brillos y tutú, hasta dejarlo vacío, sin cuerpo, cual estandarte, en lo alto de la carpa.
Mientras que en diversos espacios públicos, se hicieron funciones gratuitas de La conquistación (Córdoba) con una historia romántica simple en clave de clown, con magia y acrobacias que conquistó a los más pequeños y Fedro y el Dragón (Salta). Un apartado especial merece esta última pieza, pues tras cada función, Claudia Peña y Fernando Arancibia exhibían a quienes quisieran, el cómo lograban hacer todo lo que hacían entre dos y así se descubría el sonido en vivo, la manipulación y mecanismos que permitían el movimiento de un caballo diminuto o un dragón que batía sus alas, abría su gigantesca boca, emitía sonidos o encendía sus ojos de furia.
Se desconcierta el concierto (Rosario), se hizo en un renovado boulevard de la ciudad. Con gran asistencia de público, la clown Caterina Stefanoff se robó todas las carcajadas de los presentes que aplaudió cada una de sus inagotables intervenciones y gracias, mientras que su co equiper Rodrigo Moller, no le fue en saga con sus acrobacias y malabares.
Largas colas para entrar a la carpa La Moringa (foto de M.B)
En barrios alejados del centro, escuelas y plazas, o parquecitos como el “Norberto Besaccia” donde se disfrutó de la experiencia de Jardín Sonoro (de Aliana Álvarez Pacheco, Florencia Lavalle y Sol Sañudo) que propone un recorrido por la naturaleza –celular y auriculares mediante- en la que los espectadores escuchan historias escritas por siete dramaturgas como Vivi Tellas, Laura Paredes, Paula Marull, Giuliana Kiersz, Mariana Chaud, Rita Pauls y Laura Santos.

Josefina Trías en Terrorismo emocional.
Internacionales

Tanto Far away de Cristián Weidmann (oriundo de Humbold pero formado en Noruega y España), como Terrorismo emocional, de Josefina Trías (Uruguay), fueron otros aciertos del festival, aunque desde facturas muy disímiles. En el primer caso, el artista mostró una gran capacidad como manipulador y creador de objetos y universos en miniatura que hacía explorar diversos climas, momentos, conceptos.
En el caso del unipersonal de la actriz uruguaya, su variedad de recursos y matices, sostienen con la acertada dirección de Bruno Contenti, y la música de Leandro Aquistapacie, una honda deriva temporal. Trías, que ha recibido numerosos premios por su dramaturgia e interpretación, cautivó con gran sensibilidad a cientos de conmovidos espectadores.
En fin, a juzgar por la riqueza y sostenida calidad de las 24 obras que se vieron en esta 15ª edición, en 2020 seguro habrá más festival y una ciudad entera volverá a moverse para reír, emocionarse, sorprenderse o pensar.

lunes, 15 de julio de 2019


Leonardo. Trabajo Práctico Nº 1, de G. Hochman
Llegaron los 15 años del Festival de Teatro Rafaela 

Los 15 años de este esperado festival de cada invierno, en Rafaela, comienza este martes 16 a partir de las 16, con un desfile protagonizado por un colectivo de artistas rafaelinos, una nueva y marcada presencia local para inaugurar en las calles, la fiesta del teatro, la danza, el circo y más allá también... Pues la programación, que se extiende hasta el domingo 21, contempla propuestas difíciles de encasillar pero que siembran gran expectativa. Una de ellas, Jardín Sonoro, una experiencia de microteatro que podrá disfrutarse en el bosque educativo Norberto Besaccia, con un celular y auriculares, donde cada espectador podrá seguir las distintas historias escritas y protagonizadas por mujeres, entre las que se encuentra la reconocida artista Vivi Tellas.
La grilla de 2019 incluye una variada oferta, por distintos escenarios y espacios y aunque esta vez, hay menor cantidad de obras que en la edición pasada, todo parece indicar que hay mucho por festejar. La continuidad y la garantía de diversidad y calidad, además del buen trato que reciben tanto artistas como periodistas invitados, son apenas algunos motivos. Sobran los motivos, diría J. Sabina. La persistencia y resistencia, luego del revuelo y polémica que se había armado en las redes sociales y las presiones a autoridades locales tras la función de Dios de Lisandro Rodríguez -disparada por una foto, una ínfima parte de la obra-, habla de un equipo de trabajo sólido, convencido de hacia dónde va y que construye y sostiene el Festival y todo lo que ello significa para la comunidad. Y ello también es un motivo para celebrar los 15.
Así, este martes, el desfile inaugural conducirá hasta Leonardo. Trabajo Práctico Nº 1, trabajo pergeñado por Gerardo Hochman -que La Otra Butaca pudo ver en el Festival Iberoamericano de Bogotá (2012)., inspirado en la figura y obra de Da Vinci. Esta función de carácter gratuita, tendrá lugar en el Cine Teatro Municipal Manuel Belgrano, después de los discursos oficiales.
Romance del baco y la vaca...

El río en mí.
Este primer día continuará con El río en mí en el Teatro Lasserre y la jornada se cerrará con Romance del Baco y la vaca en la sala La máscara.

Saber aprovechar 
Hay que decir que este festival, organizado en cogestión entre el Municipio de Rafaela, el Instituto Nacional del Teatro (INT) y el gobierno de Santa Fe, se expande en distintas funciones que habrá en las sedes de Ataliva y Suardi hasta donde llegarán espectáculos como Los Fenómenos, de Rosario, V.O.S, versión original subtitulada del grupo El Cuenco de Córdoba, Myrian Cardozo y las Golondrinas del Monte, de Buenos Aires o Terrorismo emocional, escrita y actuada por Josefina Trías de Uruguay, entre otras. Además, se suman un sinnúmero de actividades especiales, de formación, que bien saben aprovechar sobre todo las y los jóvenes rafaelinos, esta vez junto a G. Hochman y a Santiago Gobernori, autor y director de Pobre Daniel.
El stand de libros del Instituto Nacional de Teatro así como las rondas de devoluciones, son otros atractivos de este encuentro, ya sea para acercarse a la lectura de estudios, investigaciones o textos de maestros de la escritura dramática o bien, para intercambiar pareceres y conocer más acerca del proceso de producción de los espectáculos en danza. Agotado Ya en las primeras horas de apertura de la boletería, estampa que suele repetirse año a año, los organizadores informaron que ya no había más entradas para determinadas obras como Quiero decir te amo, de Mariano Tenconi Blanco y dirección de Juan Parodi, Un río en mí de Francisco Lumerman, Far away, la obra de títeres con artistas de Noruega y España o La verdad de los pies, que llega desde Córdoba, entre tantas otras.(A propósito, les dejamos lo que decíamos de esta última obra, deslumbrados por las actuaciones, cuando pasó por Paraná. Los interesados, entrar por aquí: la otra butaca y leer en página 5).

¡Allá vamos!

viernes, 21 de diciembre de 2018

jueves, 13 de septiembre de 2018

Rafaela 2018

La resistencia como forma de cultura

En esta segunda entrega, completamos nuestra mirada acerca de lo que vivimos en una nueva edición del Festival de Teatro de Rafaela, que tuvo lugar en julio de este convulsionado año.

M.B. y G.M.

La 14ª edición del Festival de Teatro de Rafaela que se llevó adelante del martes 17 al domingo 22 de julio, sorprendió con muchas obras dirigidas a todo tipo de público, de gran calidad, color y poesía, que pudieron apreciarse en la Carpa de Circo o bien en vecinales o plazas.
Dentro de este espectro resaltamos espectáculos como Naturaleza rota y Circo de bolsillo, dos producciones protagonizadas por José Guirado (Rosario).
Uno de los momentos participativos de Circo de bolsillo.

En la primera, el versátil y carismático clown acerca con mucha gracia y una serie de juguetes abandonados, apilados o rotos, una historia que divierte y asombra a espectadores de todas las edades, pero que también hace pensar y aceptarnos tal como somos y tal como es el otro, con lo que tenemos, nos falta o sobra. En tanto en Circo de bolsillo, el actor juega todavía más y lleva adelante una propuesta que le da increíble cabida y participación al público, sin ridiculizarlo sino lo contrario, poniendo en valor y aplaudiendo la espontaneidad y creatividad de los niñxs que quieren pasar al frente y jugar también, a la vista de la platea.
Hay un montón de escenas por demás hilarantes y tiernas a la vez, que surgen cómplices de los múltiples gestos y acrobacias de este joven clown y su corazón de niño. Momentos todos que en uno y otro caso, se abonan con una serie de objetos finamente diseñados que generan una fascinación aparte.
Yo sabo (Buenos Aires)
Yo sabo fue otra de las propuestas, simple y graciosa, que trajo esta edición. La función se hizo en un salón parroquial puesto que el mal tiempo impidió que eso ocurriera en la plaza del barrio. Los hermanos Mariano y Gastón Guerra son los responsables primeros de este trabajo clownesco, dirigido por Guillermo De Blas. Aquí todo ocurre a la vera de un camino, y mientras los dos amigos esperan, discuten sus ideas contrapuestas acerca de uno y otro destino a seguir, hacen magia y también, fotos.
Internacional (vamos a Marte), con Víctor “Tomate” Ávalos, el maestro de la globología en el país, y la acróbata Tristana Muraro y los osados malabares con clavas y fuego a cargo de Leandro Korman, completaron el reparto de una auténtica troupe cirquera acostumbrada a actuar en la Costa bonaerense, y sumaron piruetas con una red, acrobacias y humor.
Plo plo, vendedor de ilusiones ofreció en la Biblioteca Sarmiento un delicado espectáculo de teatro de objetos, una maquinaria de hilos y marionetas de la mano de grandes titiriteros de Capilla del Monte (Córdoba).
Elenco completo de El Fausto criollo.
En tanto, El Fausto criollo, fue una de las esperadas producciones del Teatro Nacional Cervantes, que anhela seguir recorriendo rutas argentinas, según confió el elenco.
Acá, cinco talentosos actores se reparten los papeles para representar una historia de amor, aunque no es así de sencillo porque algunos se rebelan. Cada nueva escena de lo que pretenden contar, trae otros personajes, nuevos y coloridos vestuarios, más humor y guiños al público. Luciano Medina, Franco Moix, German Zita, Mercedes Di Napoli, Matías Ocantos, se lucen por igual en esta inspirada versión de la obra de Estanislao del Campo.
Montaraz, que había sido presentada exitosamente en el Nacional de Rosario de este año, proveniente de La Plata, las futuristas Siniestra y Clarividentes de Javier Daulte y Mis días sin Victoria de Rodrigo Arena (CABA), completaron con otras obras más, una programación pensada por un equipo comandado por Gustavo Mondino, que una vez más sobresale por su osadía.
Las actrices de Montaraz, cabe señalar, tuvieron su función en el Centro Cultural Viejo Mercado. Esta propuesta combina el atractivo de jóvenes actuaciones, música en vivo y momentos de destrezas o hip hop. Con una estructura no convencional, las cinco muchachas: Julieta Ranno, Denisse Van der Ploeg, Natalia Maldini, Eliana Giommi y Ana Belén Recabarren imprimen un ritmo tan vertiginoso como violento mientras desandan sus historias, bajo dirección de Braian Kobla.
En tanto, el gran autor de Estás ahí, Nunca estuviste tan adorable y tantas otras obras estrenadas durante las últimas dos décadas, ofreció un taller y los dos espectáculos mencionados, ambos muy conectados con uno de sus leit motiv temáticos y procedimentales: la ciencia ficción, el esoterismo, las zonas grises de lo estrictamente representacional y del deseo. En estos tópicos, por supuesto que gravitan las relaciones humanas, los relatos fragmentarios, los frustrados o satisfechos anhelos de los personajes.

El ensayo (Colombia)
Allende países

De Bogotá, Montevideo y Santiago de Chile llegaron producciones por demás atractivas. Los colombianos vivieron intensamente el FTR con El ensayo, que fue aplaudida a rabiar en La Máscara. Inspirada en la Medellín de los años 90, el director Johan Velandia, analizó la realidad latinoamericana y revindicó la necesidad de que el teatro de Latinoamérica sea el que se ocupe de sus temas, conflictos y dilemas.
Pensando en salirse de estereotipos, los tres buenos actores (Rafael Zea, Milton Lopezarrubla y César Álvarez), componen a tres tragicómicas mujeres –luego a sus hijos- atravesadas por el dolor, la desolación y el ensayo de una venganza posible.
Como bien señalan los propios artistas, en esta puesta se observa el deseo de “vengar la vejez, la soledad, el machismo, la religiosidad, la pobreza, la falta de oportunidades, la delincuencia, el narcotráfico, la violencia, la injusticia. Vengar la doble moral”.
Por su parte el elenco uruguayo, con Otros problemas de humanidad, perteneciente a una generación cuyo promedio de edad no supera los 30 años, llegó con un artefacto escénico notable y divertido.
Otros problemas de humanidad (Uruguay)

La propuesta es una investigación fresca y luminosa, que desborda pochoclo por toda la escenografía, acaso como símbolo de lo que está a punto de estallar en esa apretada convivencia que aquí tuvo lugar en una de las aulas del Viejo Mercado. Son escenas que logran convocar las almas y universos de Felisberto Hernández o Leo Masliah. José Pagano, Cecilia Yáñez y una magistral composición fuera de toda época de Laura Martínez, se lucieron bajo la mirada de su director Sebastián Calderón.
En tanto los chilenos llevaron al Lasserre El Dylan, la dramática historia real de un joven trans que fue asesinado. La obra pone en escena temas como la ignorancia, la discriminación, la violencia, la complicidad de todos ante estas situaciones. Este trabajo –dramaturgia de Bosco Cayo y dirección de Aliocha de la Sotta- tiene un refinado y significativo vestuario diseñado por Felipe Olivares, y toda una estética que refuerza lo que se dice o grita, acaso para que los espectadores no miremos para otro lado.

Turbulencias que potencian

Bajadas las aguas de una edición especial que agitó polémica a nivel local y nacional en torno a la obra Dios de Lisandro Rodríguez y que generó ciertas dudas, el tiempo hizo lo suyo, despejó esas inquietudes y entonces, habrá festival para rato.
Imaginamos que los más de veinte mil espectadores que disfrutaron de esta edición, no van a dejar que nadie arrase con esta fiesta. Resistir los embates, es la cuestión.
Las reacciones generadas de parte de muchos que ni siquiera habían visto el espectáculo en cuestión, sembró hipocresía. En contrapartida, el espaldarazo de la ministra de Innovación y Cultura y del propio director del Instituto Nacional del Teatro, calmó el panorama y generó optimismo.
Concurridas rondas de críticos, periodistas, público y artistas.
Pasada la turbulencia, lo que queda es la certeza del lugar que ocupa este festival en el campo cultural nacional. Periodistas y críticos que participamos activamente del FTR, firmamos una carta abierta a la sociedad rafaelina, en claro respaldo.
En uno de los párrafos se señaló: “Como profesionales en el campo de la cultura en general, y del teatro en particular, alertamos sobre estos hechos de censura que promueven un arte adocenado, revisado, controlado, prolijo, inocuo, alejado de la realidad, obsecuente, cómodo y tranquilo. Creemos que sin riesgo y sin novedad, no se promueve el arte, sino que por lo contrario, se gestiona su certificado de defunción”.
Por todo lo que produce y revoluciona, por lo que se lo distingue y reconoce y por lo que haga falta mejorar –otra comunicación con los periodistas locales, por caso-, por la inteligencia de formar públicos y artistas, por propiciar diálogos y encuentros entre unos y otros, por ofrecer obras únicas y entrañables, ¡larga vida al Festival rafaelino!

lunes, 23 de julio de 2018

Anticipo.

Un festival que hace hablar a todos

Mónica Borgogno
Guillermo Meresman
LA OTRA BUTACA
(fotos gentileza de Gustavo Conti)

“Rafaela con su festival se ha convertido en una gran escuela de teatro... Decir Rafaela es decir teatro... Teatro con T mayúscula y T de tormenta, torbellino, tradición, texturas, con T de texto, trama, trampa, trueque; tolerancia y trashumancia; con T de trabajo y de tragedia; con T de típico, tópico y todo, con las T de tomate, truco y tremendo”, dijo en el acto de apertura de la 14ª edición del Festival de Teatro de Rafaela, una inspirada e histriónica ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González”. Y así invitó al juego, a la entrega, a la belleza, al estallido de ideas y sentidos.
“Me preguntan por el festival de Rafaela no solamente en Argentina sino también en el exterior. Y me preguntan qué fenómeno se da en esta ciudad, por qué todo el mundo quiere ir a Rafaela, por qué todos se van tan felices y quieren ser parte de él. El trabajo incansable de muchas instituciones y grupos a lo largo de muchas décadas, instalaron la producción teatral y educaron a un público”, señaló con temple y emoción, Marcelo Allasino, director del Instituto Nacional de Teatro. "Por cómo este festival recibe a los artistas, periodistas, productores, investigadores, con amor y respeto, es que la gente quiere venir acá", añadió.
Una y otro, son los titulares de los organismos que cogestionan junto al Municipio rafaelino, esta gran fiesta de la región que este año se desarrolló del martes 17 al domingo 22 de julio.
“Estamos nuevamente en el desafío de levantar el telón en un momento difícil, complejo, en donde parecería que lo que domina la escena es el ajuste, el recorte, la crisis, la incertidumbre, la duda de qué es lo que vendrá”, advirtió a su turno el intendente Luis Castellano.
Antes de todo eso, el teatro y la música irrumpió en la calle, sólo que por primera vez, el desfile inaugural tuvo el protagonismo de artistas locales que rindieron tributo a la obra e imaginario del plástico Beto Dentoni, a través de sus maquillajes, muñecos gigantes, la festiva y colorida música.
Ya hacia el final de los discursos inaugurales, arrancó el festival con la coproducción internacional (Chile-España) Nómadas, que generó imágenes inolvidables. Este espectáculo dejó mudos de asombro a chicos y grandes, dejó ver cierta magia de los desplazamientos, las mudanzas, los viajes, la relación con los recuerdos-objetos cosechados a lo largo de la vida, la vulnerabilidad del que se queda o se va para siempre, objetos entrañables que son parte de lo que somos y hasta parecen cobrar vida, los envoltorios, rollos de polietileno con burbujas, cajas o valijas que se convierten en fantasmas, medusas o rostros. Los maravillosos actores y actrices mostraron una suerte de poesía visual y se llevaron una intensa ovación y aplauso de pie de los espectadores que colmaron el Cine Teatro Municipal Manuel Belgrano.

Esa primera jornada siguió con 200 golpes de jamón serrano, en el Teatro Lasserre. Los protagonistas Gustavo Garzón y Marina Otero, conmovieron con sus relatos cuasi biodramáticos, el planteo de una atractiva espacialización y escenas para la memoria ya sea por el cuestionamiento y reflexión en torno al sistema teatral o la simple búsqueda del amor en la vida cotidiana. Sorprendente.
De allí, al Centro Cultural La Máscara, donde el deleite continuó con Palíndroma, otro espectáculo de muy buena factura, llegado de Buenos Aires, con una bailarina magistral, Margarita Poggi y un director talentoso, William Prociuk inspirados –vagamente- en la famosa práctica simétrica de la que el cordobés don Juan Filloy fue su recordman mundial.

Los primeros días


Entre las buenas obras que pudimos disfrutar en los primeros días, resaltamos Los golpes de Clara, Almacenados o Flores nuevas, entre otras. En los tres casos, sobresale la potencia y atracción que disparan las buenas actuaciones.
Carolina Guevara en Los golpes..., desanda una serie de personajes y situaciones echando mano a múltiples matices y recursos, y además la trama, evidencia con humor, el mundo femenino, las distintas violencias diarias y su combate, en un momento de trascendente debate en el país.
Un consagrado Horacio Peña se lució por igual junto a un joven Juan Luppi en Almacenados, de David Desola, bajo dirección de Susana Hornos. La obra se vio en el escenario del Lasserre, sin caja negra, lo que hizo que el universo del trabajo y las condiciones laborales para una u otra generación, los sueldos que no alcanzan o el vacío que provoca la alienación, la llegada de la jubilación, la falta de oportunidades, se amplifique y entonces, emocione más aún. "Hablamos de trabajo en esta obra -dijo al día siguiente, Horacio Peña- pero no pensamos en el teatro como trabajo y con estas políticas culturales de achique, hacer teatro se convierte en prácticamente un heroísmo".
El unipersonal Flores nuevas, con un sólido actor como Ignacio Tamagno, proveniente de Córdoba, es una obra infinita que da visibilidad a personajes rotos, de bordes, del interior de la geografía cordobesa en un registro prácticamente documental e inédito sobre ese decir tan pueblerino, cerrado, entrecortado y angustiante que exhibe el personaje principal y todos los demás a los que alude. Sobre texto de Federico Falco y con dirección de Nadir Medina –quien viene del cine como director de actores y asume el desafío de su primera dirección teatral-, la propuesta fue un golpe al mentón de unos pocos y privilegiados espectadores, pues la obra está pensada para un espacio y clima intimista.

Dios levantó polvareda
Dios, espectáculo dirigido por Lisandro Rodríguez con despliegue de unos 18 actores y el trabajo in situ del reconocido escenógrafo y artista plástico Norberto Laino, generó polémica y reacciones impronunciables –porque como decía Foucault, hay cosas que se dicen y piensan en una época determinada-, inadmisibles para los que se dicen “pro vida”.
Foto gentileza de Marcelo Castillo

La performance que trajo este Festival, pone en escena una pseudo misa con todos sus rituales, canciones, pedido de limosna, sermón y un Rodríguez que imita a un oficiante con una modulación increíble y que va guiando los procedimientos del rito católico de tal manera, que genera risa a la par que un cuestionamiento a eso que la Iglesia como institución y aparato ideológico, no ve, no quiere ver, no puede pensar, como el cuerpo, las mujeres, el dinero, las corporaciones que nos rodean, marcan, enceguecen e influyen. En paralelo, en la obra se ve al escenógrafo hacer su trabajo arriba del escenario de la Sociedad Italiana, y montar estatuas y cuadros en distintos tamaños, que constituyen –tal como se contó en las rondas de devoluciones- un homenaje al gran León Ferrari, conocido por la vergonzosa censura que sufrió su muestra en 2004. Hacia el final, un varón y una mujer, desnudos, despojados de todo podría decirse, abrazan a una estatua descomunal de Jorge Bergoglio –ahora Papa- responsable de aquella censura a Ferrari- y así parecen resumir el pedido de que la Iglesia se dedique a hacer lo que predica, amar. Pero eso no se interpretó. Todo lo contrario se ha suscitado: el odio que se lee en las redes sociales y la repercusión de esa foto del desnudo del final del espectáculo, de gente que ni siquiera la vio y que osa largar manifestaciones impunes y bárbaras, anacrónicas, inadmisibles, son pequeños grupos católicos que enseguida pidieron “la cabeza” de los organizadores. Se leen frases que superan lo imaginable.
Este Festival decimos, siempre hizo lugar a la voz de las minorías, los callados, los invisibilizados, esos que la Iglesia denigra y expulsa. En Rafaela, no sólo en esta edición sino en otras tantas, hemos visto obras que hablan de la homosexualidad, los abusos, la transexualidad, la discapacidad, la pobreza, las violencias, las mujeres. Los organizadores desde el principio, tuvieron la inteligencia y convicción de incluir, ya sea desde las obras que programa hasta los lugares a los que llega.
Es hora que el Estado que coorganiza este querido y apreciado Festival, se ponga esta camiseta y no, la de la Iglesia. No es el público del Festival el que se sintió ofendido, sino una franja minoritaria que ni siquiera vio la obra, incluido el intendente.
Es claro que el festival no fue solo la polémica que levantó en los medios locales y nacionales, la obra de teatro Dios, pero consideramos necesario, en los tiempos políticos que corren, detenernos y tomar partido al respecto para que nadie se lleve por delante un festival inclusivo y bello.
Por supuesto que hubo muchas más obras de calidad, sobre las que reseñaremos más adelante, en nuestra crónica de balance de LA OTRA BUTACA. Consideramos importante en estos momentos, repudiar el pedido de renuncia a los organizadores del festival y dar muestras de parte del Estado, de garantías de que un festival de estas características, continúe. La libertad de expresión no tiene límites, señores.

miércoles, 20 de junio de 2018

XII Festival Pensar con Humor

Cuando el humor atraviesa recónditas geografías

Los números hablan de la intensidad del Festival Pensar con Humor: más de 200 artistas -entre humoristas, actores y músicos- participaron de unas 80 actividades programadas, de las cuales 25 ocurrieron en escenarios del interior de Córdoba.

Mónica Borgogno 
(texto y fotos)

En esta XII edición del Festival Pensar con Humor se celebró el diseño de una programación de lo más variada que además, tuvo un notorio condimento especial, la inclusión de muchas mujeres humoristas y con ellas, nuevas miradas y temáticas. Este detalle da cuenta de que de verdad se trata de un festival bien pensado, en sintonía con los debates más actuales y las complejidades del entramado social de este siglo XXI que como se puede, se va desandando.
Raúl Sansica, el artífice de este Festival, suele decirlo de manera clara, en charlas informales o cuando desmenuza cada espectáculo que ve. “El humor es el termómetro de nuestra capacidad de evolucionar, de cuestionar, de cambiar y de liberar cual carnaval permanente, nuestros demonios más oscuros”, señaló. Él es el primero en invitar a no perdernos la oportunidad de pensarnos como sociedad, de la mano del humor.
Del 6 al 10 de junio tuvo lugar esta gran fiesta organizada por la Agencia Córdoba Cultura, que tiene por protagonista al humor cordobés, en todas sus versiones, estilos, formatos y de distintas generaciones, novatos y consagrados.
La apertura se hizo en Ciénaga del Coro, una localidad de unos 300 habitantes, situada a 220 kilómetros al oeste de la capital cordobesa, cerca del límite con la provincia de La Rioja. Hasta allí llegó el popular Cacho Buenaventura, con un show que se prolongó por casi dos horas, a puros chistes, canciones y episodios de su historia personal reconvertidos en piezas de humor que generaron empatía en la amplia audiencia que se dio cita en el salón comunal.

“Este es mi paisaje”, nos había dicho Buenaventura un rato antes, cuando se le preguntó qué sentía al actuar en estos contextos y donde había tantos contadores de chistes, tanta competencia, tanta espontaneidad para robar una sonrisa o carcajada a cualquiera. “Yo siento que soy su voz arriba del escenario”, completó este reconocido humorista nacido en Cruz del Eje. Eso se percibió en su espectáculo. Es que su humor está plagado del habla y dichos populares que circula entre la gente de estos pequeños pueblitos, pero también de aspectos biográficos. Su mujer, con quien lleva más de 40 años de matrimonio, fue uno de los temas que dominó buena parte del show. Con respeto y mucho cariño habló de ella como “la cansadora” que lo aguanta desde hace mucho tiempo y siempre lo bancó en esta locura artística. “Hay que reírse, en defensa propia y para demostrar que estamos vivos”, instó en más de una ocasión. Cabe resaltar que no fueron pocos los humoristas que participaron del XII Festival Pensar con Humor e invitaron a ponerle un poco de gracia a la vida cotidiana y los problemas de todos los días: la risa como estrategia de supervivencia. Es que lo que pasa afuera de los escenarios, se filtró en lo dicho arriba de las tablas, como no puede ser de otro modo. De pronto riendo, entramos en comunión, vemos lo más profundo de lo que somos, enquistado o floreciendo, provocando o emocionándonos y así, todo lo infame, se desintegra y transforma a la vez. “El humorismo es una situación sui generis y superior para juzgar la vida que pasa, para desarmar lo alevoso... Se falta a esa ley escolar que prohíbe sumar cosas heterogéneas, y de esa rebeldía saca su mayor provecho”, apuntó alguna vez el gran Ramón Gómez de la Serna.

Carolina Guevara en Los golpes de Clara.
En aquella jornada inaugural Julieta Daga abrió con su cuestionador Bufón el Ciclo Mujeres, una cita ineludible con el protagonismo de talentosas y creativas actrices que se dio en la sala de la Biblioteca Córdoba. Ahí vimos Los golpes de Clara (Buenos Aires), obra escrita y actuada por Carolina Guevara, doble mérito: En este trabajo, la actriz cuenta la historia de una mujer que se violenta ante la pobreza, un despido laboral y los atropellos del patriarcado, que también es capaz de juntarse con otras pares, entrenar para “redireccionar” todas aquellas violencias que recibe, o simplemente cantar un rap.
La Bicho y la cantante Guadalupe Sueldo.
En este ciclo y con otro tipo de humor, se presentó Feroz, el show de la Bicho, con Carla Dogliani que desde la caricatura de una mujer de barrio cordobesa, procura hablar bien pero en realidad, mete palabras en contextos desatinados como cuando cuenta que un día “había ido al centro a hacer unas ‘negligencias’…” A este personaje, que aporta varios “tics” para que las mujeres la pasen bien o mejor…, se suma el contraste con la estampa de Guadalupe Sueldo que canta de manera increíble canciones románticas que entre ambas, leen críticamente.
Las Pérez Correa en Picante de tuna.

También pasó por aquí La fabricante de tortas, de Alejandro Urdapilleta, con las actuaciones de Eva Portillo y Macarena Russo que llegaron desde Villa General Belgrano para mostrar su trabajo. Picante de tuna, de Las Pérez Correa –Laura Ortiz y Julieta Daga-, que a través de diversos personajes como las Mariachis Correa o las Pérez Copleras, arremetieron con humor y desparpajo, contra las políticas neoliberales actuales y abordaron otros tantos temas y debates de actualidad.
El ciclo se cerró con

Stand up
Este género cobró un significativo lugar en el festival. Además del concurso de Stand up que en esta edición admitió a una docena de candidatos, se sumó un sinnúmero de show unipersonales que trajeron historias de la vida cotidiana, social o política, con humor y siempre buscando la complicidad y participación del público.
Por caso, en la salita Azucena Carmona del Teatro Real se disfrutó de tres monólogos aunados bajo el título De eso sí se habla, de corte marcadamente feminista, con Verónica Ortik o Mariel Soria, que hablaron del ser mujer, sola y sin hijos, la masturbación, la homosexualidad, el aborto o la coyuntura político-económica.
Patricia de los Ríos
El trío se completó con Patricia de los Ríos –recordada ganadora del concurso de Stand up 2015- que con frescura, buen ritmo y gracia, le puso humor a su diario acontecer como mujer y maestra-.

Un capítulo especial merece todo lo que ocurría y se palpitaba con el Humor al paso, ese escenario en plena calle, al que cualquiera se podía subir para contar un chiste y ganarse entradas para las funciones del festival. En ese escenario y por sexto año consecutivo se realizó la final del Concurso “Humor al Toque”. De ahí surgió el ganador, un joven Fabio Sosa que con un globo amarillo, una peluca y una nariz roja, conquistó con su rutina de “Yo te dije” y se ganó, además de un abultado premio, la oportunidad de participar en la edición del Festival Pensar con Humor 2019.
Fabio Sosa, ganador del certamen de Stand up

Las expectativas que genera dicho premio, la preparación de cada candidato, la presencia del público y de un jurado, más el dúo compuesto por “Luzezita” – personaje que venía en representación de la Real Academia Española (RAE), con un inolvidable atuendo y maquillaje que rinde tributo a las divas de la canción como Rocío Jurado, Nati Mistral o Lola Flores- interpretado por la actriz Greta Berghese- y Santiago Legón como su asistente “Romanagleti”, le dieron especial vida a ese espacio que esta vez, se inspiró en el Congreso Internacional de la Lengua que en 2019 aterrizará con sus especialistas, en la capital cordobesa.
Luzezita, entrevistando a Cherca, uno de los jurados.
“Yo siempre digo que un pueblo que ríe es un pueblo que denota esperanza y buena salud”, comentó Luzezita que llegó a la Docta con la misión de observar de cerca la “Lengua cordobesa”. “Creo que a esta altura, la RAE va a tener que aceptar la palabra `culiao` porque he aprendido que tiene varias acepciones. Te pueden decir `ay culiada, pero qué linda eres`, en un sentido positivo, pero también se puede decir en un sentido negativo. También aprendí muchas palabras nuevas ligadas a bebidas como el `arremangao´: recortas el envase de tetra brick del vino, lo doblas y te lo tomas”, ilustró.
Adrián Gómez, uno de los humoristas cordobeses más populares -a juzgar por la cola de cuadra y media que aguardaba para entrar a ver su espectáculo en la sala mayor del Teatro Real-, también siguió el juego de pensar las singularidades del hablar cordobés. Pues, en uno de los sketchs de Pulenta Comedy Maker jugó y divirtió con la presentación del diccionario cordobés.
Desde Buenos Aires llegó, entre otros trabajos, el unipersonal Cosa de minas de Dalia Gutmann, en el que los pocos varones presentes, también rieron, participaron o contestaron sus ocurrencias y todos reconocieron y aplaudieron sus exagerados despliegues coreográficos, canciones y videos.

Comedia para rato
Recientemente estrenada, Cabaret Carmona, fue una de las piezas que quedará en la memoria de esta programación, ya sea por el trabajo actoral “dos por uno” tal como se los presenta –cada uno interpreta dos y tres personajes- y la intensidad de las emociones que la obra provoca en sus distintos momentos. Es la última producción de la Comedia Cordobesa, que aquí reunió a 18 actores y actrices, todos impecables, muy bien dirigidos por Gastón Mori, integrante del reconocido grupo Cirulaxia. Este Cabaret, que funciona perfecto en la sala más pequeña del Teatro Real, intenta contar una historia de amor cruzando las historias de aventuras y desventuras amorosas de Rodolfo, María Luisa, Cardoso y Angélica con la magia y fantasía de los propios artistas.
Giovanni Quiroga en Cabaret Carmona.
Los viejos actores de este elenco oficial trabajan en fina sintonía con los nuevos, y unos y otros se lucen por igual. Las mujeres están visiblemente vestidas para gustar, bien producidas y los varones, en su mayoría, aparecen haciendo el ridículo, por fuera de lo previsible, y eso hace reír a carcajadas. La imagen de Giovanni Quiroga con sus medias agujereadas pero con un cuello alto como de un Conde o Marqués o un serio Oscar Mercado reconvertido en una cabaretera más, son una síntesis de lo desopilante y tierno a la vez, que plantea esta obra.
Si bien se desliza la idea del cabaret como un lugar de explotación, no es lo que prima. Con más fuerza aparece el sueño de una de las protagonistas a la que le “tira el arte” y por eso abandona a su pareja y elige vivir del cantar por las noches. Acaso, para salir de la función pensando. En serio, es un “espectáculo feminine power, en el que están muy arriba las mujeres. Las actrices tienen preponderancia”, apuntó Mori en una entrevista.

Diversidad 
Caminatas para conocer anécdotas divertidas detrás de personajes de la Historia de Córdoba, de calles o Iglesias del microcentro, así como también un homenaje a Luis Fernando Correa tildado El Pícaro Cordobés, una muestra fotográfica sobre “Doce años Pensando Humor” con la intervención artística del ilustrador y acuarelista Daniel Pito Campos – realizador de la identidad del Festival y la Muestra Gráfica La Mayor Carcajada, sobre Diarios y Libros de Humor de la Biblioteca Mayor de la UNC, fueron apenas algunas de las actividades paralelas que ofreció el Festival.
Nombres como Doña Jovita, el Negro Álvarez con Pior es trabajar que actuó en Laguna Larga, Cherca Prieto que se presentó en Brinkmann, Claudio Araoz, el Flaco Pailos o Chule, ya son marcas registradas del humor cordobés entre otros tantos más, y por supuesto, formaron parte de la grilla 2018.
Como siempre, agradecidos al humor que contagia, hace bien, permite seguir y renovar o transformar.

sábado, 26 de mayo de 2018

Fiesta Nacional del Teatro Rosario 2018

Un momento de Guía semanal de ideas, de Entre Ríos.
Clase llegó de Córdoba y encantó a 400 espectadores.
De Buenos Aires llegó Yo, Encarnación Ezcurra.
Todo tendría sentido si no existiera la muerte, de Mariano Tenconi Blanco, también de Buenos Aires.